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Channel: Dólmenes y Menhires
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Paisajes megalíticos de Huelva

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Dólmen de Pozuelo, Huelva. Foto Emilio
 El arqueólogo José Antonio Linares reúne en un libro los monumentos funerarios de la antigüedad en Huelva · La edición es una guía para orientar a los visitantes
El patrimonio rupestre de la provincia de Huelva se ha recogido en una edición que ve la luz bajo el título 'Territorios, paisajes y arquitecturas megalíticas. Guía del megalitismo de la provincia de Huelva'. Distintos términos municipales reúnen un interesante patrimonio funerario que data de hace millones de años y que por estar disperso por el campo ha sufrido en numerosas ocasiones destrozos por departe de desaprensivos. Hace años que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía destinó fondos para su conservación e incluso se hicieron varias rutas de interés turísticos para orientar al visitante.

Este libro que ahora sale publicado fue presentado por la directora general de Bienes Culturales, Margarita Sánchez Romero, a la que acompañó el delegado de Cultura de Huelva, Ángel Romero. Se trata de una publicación divulgativa con la que se pretende dar a conocer a los ciudadanos la diversidad de territorios y monumentos megalíticos existentes en la provincia de Huelva. 
Dólmen de los Llanos de la Belleza (Aroche), Huelva. Foto Emilio

Este patrimonio se manifiesta en un conjunto de paisajes megalíticos singulares, como los paisajes domesticados neolíticos de la ribera del Chanza y bajo Guadiana, los paisajes simbólicos de los grabados rupestres del Andévalo y Sierra Morena o los paisajes ritualizados de los conjuntos dolménicos del Andévalo oriental y Sierra de Aracena, entre otros.

Esta diversidad ha llevado a la Consejería de Cultura a editar un libro-guía sobre el megalitismo en la provincia onubense, cuyos contenidos "ayuden al...

lector a la comprensión global del megalitismo, en los aspectos históricos, sociales y constructivos, dando sentido a la funcionalidad de las distintas tipologías arquitectónicas", manifestó Margarita Sánchez Romero.

El publicación se ha concebido como un soporte básico para la visita y comprensión de los monumentos megalíticos que están integrados en la denominada 'Ruta dolménica de la provincia de Huelva', en la que incluyen el dolmen de Soto, de Labradillo, el conjunto de Los Gabrieles, el de El Pozuelo, el conjunto megalítico de El Gallego-Hornuevo y el círculo de Piedras de la Pasada del Abad de Rosal de la Frontera. Entre los que tradicionalmente ha destacado el de Soto, que se encuentra entre Niebla y Trigueros, por ser el más grande que existe en la provincia.

Con un lenguaje divulgativo accesible para un público de amplio espectro, el autor de esta guía, el arqueólogo José Antonio Linares, incorpora los datos más relevantes de las investigaciones arqueológicas y de las interpretaciones establecidas en torno al megalitismo onubense.
Menhires La Pasada del Abad. Rosal de la Frontera, Huelva. Foto Emilio
En sus páginas, los lectores también podrán encontrar abundante documentación gráfica e imágenes de gran calidad (planos de monumentos megalíticos, mapas, láminas o ilustraciones que recrean diversas escenas en torno a la construcción y uso de los megalitos), con las que poder comprender y visualizar mejor los contenidos escritos.

El megalitismo es una de las manifestaciones históricas y culturales más relevantes de la humanidad, pues supone la creación de la primera arquitectura monumental y la definición de espacios sagrados, contenedores de la memoria de sus constructores. Surge en el contexto de las primeras sociedades agrarias de Europa occidental a partir del VI milenio antes de nuestra era, ante la necesidad de establecer elementos físicos para delimitar los territorios y crear escenarios rituales para rendir culto a sus antepasados, prolongándose hasta el II milenio antes de nuestra era.

En este contexto, el ámbito espacial que en la actualidad tiene la provincia de Huelva se erige como un territorio singular y de marcada personalidad, no sólo en el contexto de la región de Andalucía sino en todo el sur de la Península Ibérica, por la presencia de diversas tipologías arquitectónicas (menhires, círculos de piedra, dólmenes, sepulcros de falsa cúpula, hipogeos, etc.), por la abundancia de megalitos, superándose los 250 sitios y monumentos, y por el contraste de sus paisajes megalíticos, como consecuencia de la heterogeneidad de sus territorios y recursos.

Sin duda, estos yacimientos arqueológicos constituyen uno de los legados patrimoniales más significativos e importantes de la provincia onubense.

La publicación viene a complementar las actuaciones de investigación, conservación y puesta en valor del patrimonio megalítico de la provincia, que asciende a más de 900.000 euros y que se verá implementada en la presente anualidad por las actuaciones en desarrollo del proyecto transfronterizo UADITUR con una inversión que supera los 750.000 euros en esta misma materia.

Tartessos. Reino Legendario

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Desde el siglo VIII al VI a.C. una civilización, Tartessos, que ocupa el suroeste de la Península Ibérica, atrae por su riqueza a los pueblos navegantes del Mediterráneo Oriental. Tarteso fue un país catalizador de culturas, fue también el primer estado y la primera economía minera de la Península, sin embargo, sobre su trayectoria se ciernen el enigma y el misterio.

POBLADO ÍBERO/TARTESSO DE CERRILLO BLANCO - PORCUNA (JAÉN) - FOTOS

Tarteso existió

Tartessos y los primeros reyes de España

EL TEMPLO DE CANCHO ROANO, LA CONEXIÓN EXTREMEÑA CON LA LEGENDARIA ATLÁNTIDA

 

Para aprender hay que desaprender.
Todo puedo ser al revés de cómo se suponía hasta ahora.
No fueron los fenicios quienes enseñaron a escribir a Occidente.
Andalucía enseñó a escribir al mundo occidental.
Los fenicios ”inventados” por los griegos pudieron ser los onubenses.
El color “rojo” de Huelva fue el “fenicio”
 
En la Península Ibérica ya se utilizaba la escritura miles de años antes que los fenicios aparecieran por sus costas. Esta innovadora tesis viene avalada por los estudios aportados en esta obra. En el Museo de Huelva (España) se encuentran expuestos dos útiles prehistóricos, encontrados en sepulcros megalíticos, con evidencia de escritura. No son las únicas muestras, existen otras en el sur peninsular. Debemos poner en duda lo que hasta ahora se consideró como verdad irrefutable, el que fueran los fenicios quienes nos enseñaron a escribir. ¿Y si, en realidad, hubiera ocurrido lo contrario? ¿Y si esos pueblos del mar que toda la mitología del Mediterráneo Oriental sitúa en la Península Ibérica, hubieran enseñado, en verdad, a los fenicios? ¿Escribirían los fenicios sus propios Anales en una escritura de Occidente?

Los fenicios, al llegar a la Península Ibérica a finales del II milenio a.C., encontraron gentes que ya usaban un torno rápido para pulir el oro y que escribían signos lineales. El geógrafo griego Estrabón se refirió a los turdetanos como un pueblo que tenía leyes escritas en verso de seis mil años de antigüedad). Una golondrina no hace verano. Las escrituras de Huelva no están solas en la penumbra de la Prehistoria: Numerosos signos de escrituras «prehistóricas», fechadas a partir del 7 000 a.C. aparecen en Europa y en las islas del Mediterráneo. Son ya muchas las aves que acompañan el vuelo de las golondrinas de Tartessos.
Ana María Vázquez Hoys. Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Ana María Vázquez Hoys es doctora en Historia Antigua, profesora y tutora en dicho departamento de la UNED desde 1980.
Además, es miembro de diversas organizaciones como la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, la Asociación española de Estudios Clásicos, la Asociación Internacional de Estudios Romanos, el International Council of Indoeuropean and Thracian Studies, el Instituto de Estudios fenicios (UCM)...
Es autora de casi treinta publicaciones y ensayos, entre los que se encuentran Diana en la religiosidad hispanorromana, el Diccionario del Mundo Antiguo, El mundo griego. De los inicios a la conquista romana, Historia de Roma I. La República romana, o Grecia. El Mundo griego.
Ha escrito diversos artículos, y participado en numerosos congresos y, como anécdota, ha sido responsable de programas didácticos en televisión y radio (como algunos espacios dentro del programa La aventura del saber, de TVE).
 

Tartessos: en busca del reino perdido

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Los tartesios ¿eran fenicios?

In Arqueologia, Fenicios, Historia on 11/10/2012 at 11:11

Piel de toro
Pectoral de oro en forma de piel de toro, procedente de El Carambolo. Los casi tres kilogramos de oro que en 1958 se hallaron en el cerro de El Carambolo, próximo a Sevilla, precedieron la excavación, entre los años 2002 y 2005, de un recinto sagrado edificado allí en el siglo VIII a.C., que fue remodelado y ampliado en el siglo siguiente. Aunque este santuario es de tipo fenicio, su altar en forma de piel de toro extendida, que se corresponde con los pectorales del tesoro que tienen igual forma, constituiría un rasgo original del mundo tartesio. Puede que las joyas que forman el tesoro de El Carambolo fuesen ornamentos de una imagen de culto (quizás adornaron toros sagrados) o atributos sacerdotales.
Crédito: Oronoz / Album

Según cuenta el Antiguo Testamento, en el siglo X a. C. las naves de Salomón, el rey de Israel, volvían cada tres años cargadas de oro de un lejano y misterioso lugar llamado Tarsis: «El rey Salomón tenía en el mar naves de Tarsis con las de Hiram [rey de Tiro], y cada tres años llegaban las naves de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavones». La cita procede del Libro de los Reyes, escrito allá por el siglo VII a.C., pero nos remite tres siglos atrás, cuando la opulencia mineral del sur de la península Ibérica atraía hasta el otro extremo del Mediterráneo a los primeros navegantes semitas. La mayoría de historiadores lo tiene claro: el primer autor que mencionó a Tarsis se estaba refiriendo a las relaciones comerciales que los israelitas mantenían con Tartessos, el reino situado más allá de las columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar), en el Bajo Guadalquivir, que rigió el mítico rey Argantonio. Desde esta primera mención, el aura enigmática en torno a Tartessos no se ha desvanecido. Viajeros, filólogos y arqueólogos se han lanzado durante decenios a la búsqueda de los restos de aquella civilización que floreció entre los años 1000 y 500 a.C., para desaparecer luego y caer en un olvido silencioso que ha durado hasta hace poco, inmersa en una nebulosa de incertidumbres y conjeturas.

Tartessos y la Atlántida

El interés por la misteriosa Tartessos se remonta a la Antigüedad. Diversos historiadores y viajeros griegos de los siglos VI al IV a.C. dejaron constancia de lo que se sabía, o creía saberse, sobre aquella civilización. Tal fue el caso de Hecateo de Mileto, de Heródoto y, sobre todo, de Avieno, que en su Ora marítima hablaba de un río llamado Tartessos que ceñía la isla en la que se encontraba la ciudad, también denominada Tartessos. Otro autor del siglo IV a.C., Eforo, se refería igualmente a «un mercado muy próspero, la llamada Tartessos, ciudad ilustre, regada por un río que lleva gran cantidad de estaño, oro y cobre de Céltica». A todos ellos se sumó una referencia aún más intrigante, la de la Atlántida cantada por Platón en sus Diálogos, particularmente en el Timeo, y que muchos no dudaron en identificar con Tartessos. ¿A qué, si no, podría aludir Platón cuando describe la Atlántida como «una gran isla, más allá de las columnas de Heracles, rica en recursos mineros y fauna animal»? Incluso arqueólogos contemporáneos han creído hallar los restos de la Atlántida en la región tartesia. Pero, de momento, se trata de una conexión imposible, basada más en las fabulaciones que en las certezas. Tal es caso de la tesis del francés Jacques Collina-Girard, que ubicó en 2001 la Atlántida en la isla Espartel, a medio camino entre Cádiz y Tánger; y de los avistamientos de Rainer Kuehne, quien en 2004 dijo haber localizado con imágenes aéreas los vestigios del templo de «plata» consagrado a Poseidón y el templo «dorado» levantado en honor a Cleito en la Marisma de Hinojos, cerca de Cádiz.
Al margen de la cuestión de la Atlántida, el primer autor que intentó localizar con exactitud Tartessos fue un filólogo, Antonio de Nebrija, responsable de la primera gramática castellana. En 1492, Nebrija identificó Tartessos con el río Betis (Guadalquivir) y con el paisaje de brazos marinos que formaba el río en su desembocadura. Pero las conjeturas de Nebrija, emitidas desde la intuición, no contaban con ningún tipo de respaldo arqueológico.

Tras las riquezas de Argantonio

La investigación arqueológica se hizo esperar hasta el siglo XIX. El primero que removió las entrañas andaluzas en busca de Tartessos fue George Bonsor, un pintor anglofrancés que quedó fascinado por los paisajes de Andalucía y que, desde la década de 1880, cambió lienzo y acuarela por pico y pala en cuanto comprobó el potencial arqueológico que se extendía bajo sus pies. Nadie le había enseñado a excavar, pero su ilusión pudo más que su bisoñez. Bonsor recuperó un alijo de piezas tartésicas en diversas necrópolis sevillanas como las de Cruz del Negro, Carmona, Setefilla y Cerro del Trigo.
A Bonsor lo siguió el alemán Adolf Schulten, gran impulsor de la investigación en el yacimiento de Numancia, de donde salió enemistado con las autoridades culturales españolas. Schulten quería seguir el ejemplo de su compatriota Schliemann, que había desenterrado Troya gracias a su fe en las fuentes clásicas. La Ora marítima de Avieno sería para Schulten lo que la Ilíada había sido para Schliemann; y el Coto de Doñana haría las veces de colina de Hissarlik, en Turquía, donde Schliemann encontró, en 1873, la Troya cantada por Homero.
Schulten pretendía demostrar que Tartessos yacía en las Marismas de Doñana y pasó a la acción con la ayuda de Bonsor. Se hizo con las herramientas necesarias y dirigió la ambiciosa aventura de localizar allí Tartessos. Pero al final lo único que encontró fueron unas ruinas de época romana en el llamado Cerro del Trigo. Schulten fracasó, pero su contribución no dejó por ello de ser importante. Su obra Tartessos, publicada en 1924, sirvió para ordenar todos los conocimientos que se tenían sobre la antigua civilización del Guadalquivir y constituyó el punto de partida de investigaciones posteriores.
Todos los testimonios legados por las fuentes se refieren a Tarsis o Tartessos como una civilización de alma metalúrgica: «El más elegante de los mercados, la ciudad del oro y la plata…». Tanto es así que Argantonio, el rey tartesio por antonomasia, lleva la plata (Arg-) incorporada a su nombre. Pero...
la literatura se elevó a certeza arqueológica el 30 de septiembre de 1958, el día en que una cuadrilla de obreros que trabajaban en un terreno de un club de cazadores de Sevilla –la Real Sociedad de Tiro al Pichón–, en la localidad de Camas, cuatro kilómetros al oeste de Sevilla, hizo un sensacional descubrimiento: un recipiente de barro en cuyo interior aparecieron 16 placas, dos brazaletes, dos pectorales y un collar. Todas las piezas eran de oro macizo y pesaban casi tres kilos. Después de analizarlas, el arqueólogo Juan de Mata Carriazo concluyó que era «un tesoro digno de Argantonio».
El hallazgo del tesoro de El Carambolo (se lo llamó así por el cerro de 91 metros de altura, de este nombre, en el que se encontró) alborotó los foros científicos cuando muchos se resignaban ya a una Tartessos virtual. El Carambolo se convirtió en la imagen de cabecera de la cultura tartesia y Juan de Mata Carriazo, en el padrino del descubrimiento. Durante tres años, Mata Carriazo excavó el yacimiento que representaba a la Tartessos tangible. Desenterró muros, estudió cerámicas, cotejó niveles estratigráficos y demostró, por fin, que Tartessos no era una alucinación de los autores de la Antigüedad.
De este modo, los estudiosos pudieron definir un mapa de la civilización tartesia, que se extendía por la mitad sur de la Península. Diversos yacimientos quedaban, así, asociados con Tartessos: en la provincia de Huelva, los de La Joya y el Cabezo de San Pedro; en la de Sevilla, El Gandul y Carmona; en Córdoba, La Colina de los Quemados; en Bajadoz, Medellín y Cancho Roano, e incluso en Portugal se considera tartesio el yacimiento de Alcácer do Sal. También cabe incluir en el área tartesia la localidad gaditana de Mesas de Asta, la Asta Regia romana. El término Regia es una interesante pista sobre el tipo de organización política del mundo tartésico; investigadores como Manuel Bendala sospechan que alguna élite tartésica gobernó estas tierras antes de que Roma le pusiera nombre.
En años recientes, la cuestión que más debate ha suscitado en torno a la cultura de Tartessos es la de su relación con el mundo fenicio. A partir del siglo VIII a.C., navegantes y comerciantes fenicios fundaron ciudades y factorías en el sur peninsular, especialmente en las provincias de Málaga, Granada, Cádiz, Almería y Alicante; un territorio, pues, muy próximo al de los tartesios, con quienes sin duda los fenicios mantuvieron contactos de todo tipo, tanto económicos como culturales y artísticos.

¿Tartesios o fenicios?

Tradicionalmente, se ha pensado que ambas áreas, pese a la cercanía geográfica y a las relaciones que se establecieron entre ellas, permanecieron sustancialmente independientes una de otra. El territorio nuclear tartesio se ha ubicado tradicionalmente lejos de la costa, mientras que lo fenicio se asocia al litoral andaluz y alicantino. Sin embargo, algunos estudiosos plantean hoy en día que entre tartesios y fenicios se dio una auténtica fusión cultural, hasta el punto de que en términos arqueológicos se hace muy difícil distinguir en muchas ocasiones qué elementos son tartesios y cuáles fenicios.
Ésta es justamente la teoría que mantienen dos arqueólogos sevillanos, Álvaro Fernández Flores y Araceli Rodríguez Azogue, que entre 2002 y 2005 excavaron en el yacimiento de El Carambolo, ampliando la investigación que había llevado a cabo Mata Carriazo décadas atrás. En su opinión, El Carambolo no sería un asentamiento indígena, producto de la civilización tartesia, sino un santuario fenicio, dedicado a la diosa Astarté, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo VII a.C. y se abandonó en el siguiente. Una sentencia que reduce Tartessos a atrezzo imaginario y cuya onda expansiva ha sacudido a la comunidad científica.
Ambos autores mantienen que el área de expansión colonial de los fenicios se extendió incluso a Extremadura. Creen que los objetos bautizados como tartésicos (entre ellos, el propio tesoro de El Carambolo) son la expresión colonial de un pueblo semita que se asentó en Cádiz allá por el siglo X a.C. para luego expandirse por la costa y el interior peninsular. De esta forma, El Carambolo sería un santuario fenicio, resultado de un cierto «mestizaje» entre lo semita y lo local. Se podría comparar con la colonización española de América tras la llegada de Cristóbal Colón. Si uno contempla la huella dejada por los españoles en catedrales o iglesias de América Latina, ¿las catalogaría como obras españolas o locales?
Un reciente congreso, celebrado en Huelva en diciembre del año 2011, ha dado resonancia a las posiciones de los «tartesoescépticos», aquellos que dudan de que Tartessos pueda ser considerada como una cultura diferenciada. El debate se ha trasladado incluso a las vitrinas del Museo Arqueológico de Sevilla. Allí se exponen, también desde diciembre de 2011, las piezas del tesoro de El Carambolo, que durante décadas habían permanecido a buen recaudo en la caja fuerte de un banco. Pero ahora los visitantes leen una nueva denominación de origen: fenicia.
Sin embargo, para la mayoría de especialistas el dictamen de Fernández Flores y Rodríguez Azogue peca de atrevido. Creen, por el contrario, que en El Carambolo sí se advierten rasgos específicamente tartesios. Una evidencia de ello se encontraría en el altar con forma de piel de toro que ha aparecido en el epicentro del recinto sagrado, la misma forma de los pectorales del tesoro de El Carambolo. En ningún santuario fenicio se encuentran altares con este perfil; únicamente en territorio hispano. Otros altares del área tartesia tienen la misma forma que el hallado en el Carambolo, como los de Cancho Roano (Zalamea de la Serena, Badajoz) y Cerro de San Juan (Coria del Río, Sevilla). Cuenta el mito griego que Hércules, después de matar al gigante Gerión –el primer rey de Tartessos, según la leyenda–, se apropió de su rebaño de toros rojos, en el que fue el décimo de los doce trabajos atribuidos al héroe griego. Así, pues, el toro es el salvoconducto de Tartessos para no arder en la pira de las invenciones históricas.

La gran divinidad fenicia
La diosa Astarté en un trono flanqueado por esfinges. Estatuilla descubierta en Tutugi (Granada). Siglo VII a.C. Museo Arqueológico Nacional, Madrid.
Crédito: Oronoz / Album

En tiempos de Salomón
Salomón y la reina de Saba. Relieve en bronce dorado por Lorenzo Ghiberti. 1438-1440. Puerta del Paraíso, en el baptisterio de Florencia. Salomón, monarca de Israel, vivió hacia 970-931 a.C. El libro bíblico de los Reyes hace referencia a las naves que el soberano enviaba junto con Hiram I de Tiro a Tarsis, identificada con Tartessos por muchos autores, y que volvían cargadas de metales preciosos y productos exóticos. El emporio fenicio de Tiro tendió una amplia red comercial sobre el Mediterráneo occidental, y fueron precisamente navegantes tirios quienes fundaron Gadir (Cádiz), considerada la primera ciudad de Occidente.
Crédito: Scala

La llegada de los fenicios
Barco fenicio de guerra, dotado de un espolón para embestir las naves enemigas. Pendiente de oro fechado hacia 404-399 a.C. La tradición que sitúa la fundación de Cádiz hacia 1100 a.C. quizá recoge los primeros contactos comerciales de los fenicios con Tartessos, pues las excavaciones realizadas entre 2008 y 2010 en el solar del Teatro Cómico de esta ciudad sitúan su nacimiento más tarde, entre finales del siglo IX y comienzos del siglo VIII a.C. En el período previo se habrían consolidado los intercambios entre tartesios y fenicios, cuyas demandas de metales y otros bienes habrían transformado las sociedades indígenas.
Crédito: Dagli Orti / Corbis

Búsqueda en Doñana
Adolf Schulten (1879-1960). Además de su actividad como arqueólogo, Schulten estudió profundamente la etnología y la geografía de Iberia. Tras excavar en el área de Numancia entre 1905 y 1914, este arqueólogo alemán volvió a España una vez concluida la primera guerra mundial, y se enfrascó en la búsqueda de la capital de la legendaria Tartessos de la que hablaban los autores griegos, que él situaba en Doñana. Aunque no tuvo éxito en esta empresa, su Tartessos. Contribución a la historia más antigua de Occidente (1924) constituyó un hito en el estudio de la cultura tartésica.
Crédito: Oronoz / Album

En tierras de Extremadura
Arreo de caballo procedente de Cancho Roano, con la forma de «señor de los caballos» (despotes hippon). A principios del siglo VI a.C., en el valle de la Serena (Badajoz) se levantaba un palacio-santuario que fue reedificado en dos ocasiones, la última a principios del siglo V a.C.; su arquitectura y los altares en forma de piel de toro extendida recuerdan los de El Carambolo. El santuario de Cancho Roano, excavado desde 1978, se ha relacionado con las élites tartesias, y su ubicación en Extremadura atestigua la amplia difusión de la cultura tartésica y de la influencia oriental que la caracterizaba.
Crédito: Sebastián Celestino

El influjo oriental
En orfebrería, con la presencia fenicia se introdujeron motivos y técnicas orientales. Pendiente de oro del tesoro de La Aliseda. Siglo VII a.C. MAN, Madrid.
Crédito: Photoaisa

La metrópoli fenicia
Desde el siglo IX a.C., la poderosa ciudad fenicia de Tiro estableció contactos comerciales con el mundo tartésico. En la imagen, ruinas de la Tiro romana.
Crédito: Egmont Strigl / Age Fotostock

Guerrero con escudo y carro
En las estelas funerarias de guerreros halladas en Extremadura y Andalucía se ha visto una manifestación de la cultura tartésica. Estela de Solana de Cabañas. Siglos VIII-VI a.C. MAN, Madrid.
Crédito: Photoaisa

El rey del fin del mundo
Esta ánfora muestra la lucha entre Hércules y Gerión, mítico soberano de tres cabezas
que gobernaba Tartessos, país situado en los confines del mundo conocido. Siglo VI a.C.
Crédito: Oronoz / Album

Tesoro de La Aliseda
El conjunto de piezas de oro hallado en La Aliseda (Cáceres), que tal vez fue el ajuar funerario de una dama de alcurnia, permite apreciar con claridad el influjo fenicio en el ámbito de Tartessos. Así sucede con el cinturón, que consta de más de sesenta piezas en las que se han representado temas orientales como grifos alados, palmetas y un hombre luchando con un león.
Crédito: Prisma

Los relatos griegos
Casco griego de tipo corintio hallado en la ría de Huelva en 1930. Siglo VI a.C. Real Academia de la Historia, Madrid. Narrado por Heródoto, el viaje de Coleo de Samos a Tartessos, hacia 640-630 a.C., es el primer testimonio de la presencia griega en Occidente. La historiadora M. E. Aubet observó que los autores griegos transmitieron una imagen idealizada de Tartessos, en la que los dioses y los personajes mitológicos (como Heracles o Gerión) se mezclan con personajes en apariencia históricos, como Argantonio, en un mundo de leyendas que giran en torno a las principales riquezas del país: la plata, la agricultura y la ganadería.
Crédito: Oronoz / Album
Por Daniel Casado Rigalt. Universidad a Distancia de Madrid, Historia NG nº 102

Para saber más

Tartessos desvelado. La colonización fenicia del suroeste peninsular y el origen y ocaso de Tartessos. Álvaro Fernández Flores y Araceli Rodríguez Azogue. Almuzara, Córdoba, 2007.
Tartessos. Contribución a la historiamás antigua de Occidente. Adolf Schulten. Almuzara, Córdoba, 2006.
Tartessos. Jesús Maeso de la Torre. Edhasa, Barcelona, 2003 (novela).
Fuente


DÓLMENES, MENHIRES Y REDES DE HARTMANM

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Dólmen Casa del Monje Badajoz. Foto Emilio
Particularmente las redes de Hartmann, que son las líneas de fuerza de la estructura electromagnéticas terrestre y que fueron investigadas por el Doctor E. Hartmann, médico de la Universidad de Heildelberg, Alemania, son las al parecer más tienen que ver con los dólmenes y menhires, pues los dólmenes orientan la línea de su eje en dirección Sureste, entre ellos aparece una zona Neutra interior como si de un templo se tratara, la red Hartmann se aparta en las cuatro direcciones y rodea al dolmen como una especie de estuche de protección, es decir la zona del centro, en su interior es Neutra, sin Rayos Hartmann.


Dibujo Emilio

El menhir por el contrario atrae la red Hartmann, que se deforma para adaptarse a esa atracción, de manera que la red Hartmann se encuentra concentrada bajo los menhires, tanto en sentido Norte-Sur como Este-Oeste. Por lo tanto los menhires actúan como captadores y emisores de energías. Tal vez podamos afirmar que nuestros antepasados conocían y sabían utilizar las fuerzas de la Tierra y la usaban en su provecho, utilizando esas piedras captadoras de energía en beneficio de la agricultura, ya que convertían en más fértil un perímetro dado.
Menhir Bretaña Francesa.Foto Emilio
Dibujo Emilio

En los últimos años los Geobiologos, ( geobiologia = ciencia que estudia la relación entre gea, tierra –las energías procedentes de la tierra- y bios, vida- los seres vivos que la habitan), afirman que existe una relación entre el lugar de estos asentamientos y las energías telúricas de la propia tierra, teniendo en cuenta que el termino telúrico, viene del latín y significa “terrestre”, de tellus, tierra, y sirve para definir el conjunto de energías y radiaciones que están presentes en la superficie terrestre procedentes del subsuelo, como son las energías magnéticas, corrientes de aguas subterráneas, radiaciones por vetas de metales, fallas tectónicas, líneas Hartmann, etc, etc.
Citamos textualmente a Mariano Bueno, Director del Centro Mediterráneo de Investigación Geobiológicas:

“ En zonas de gran radioactividad natural hallamos los lugares sagrados, zonas de culto milenario o de reposo de los antepasados. Nuestras mediciones actuales nos muestran fuertes anomalías geomagnéticas, elevados niveles de radioactividad u otras alteraciones geofísicas en tales asentamientos, que por regla general, fueron marcados por petroglifos, menhires, dólmenes, pirámides u otras construcciones pétreas que siguen indicándonos la presencia de algo especial, de una energía que convenía tener en cuenta o temer, según el caso.

Todo este antiguo conocimiento de las energías del lugar, teñido de sacralidad, lo hallamos vivo en muchas culturas primitivas aun no destruidas por la penetración de la influencia occidental.”

La Isla Saltés, ¿consagrada a Heracles?

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Hoy nos acercamos a una isla fluvial de la Ría de Huelva, donde confluyen el río Odiel y el río Tinto. Ya estuvimos muy cerca cuando visitamos el Monasterio de La Rábida tras la huella de un templo tartésico que, según Schulten, posiblemente se asentara en el lugar que ocupa este monasterio. La Isla Saltés se encuentra en el paraje natural de las Marismas del Odiel, estando su visita bastante limitada pues anida el águila pescadora -o halieto-, un ave protegida.
Al igual que con otros lugares, se especuló con la posibilidad de que la antigua ciudad de Tarteso -si existió como tal, pues pudiera ser que fuera el nombre de un territorio más o menos amplio con distintas ciudades-estado- hubiera estada ubicada en esta isla, tan cercana a la antigua Onuba.
 Pero hoy no vamos tras la huella de Tarteso -que no estaría nada mal encontrársela por el camino- sino que queremos anotar un dato aportado por Estrabón y que relaciona esta isla con la mitología helena, en concreto con la figura de Heracles, tan unida a la historia de esta península. Este geógrafo nos cuenta que los marineros fenicios atravesaron el estrecho llegando hasta una isla consagrada a Heracles, situada junto a Onoba o Onuba -la actual Huelva-.
Esta narración hace creer que dicha isla es la de Saltés. Además, este mismo dato ha dado pie también ha considerar que Onuba pudiera haber sido una fundación griega y no fenicia, aunque esa ya sería otra cuestión.
Como aclaración diremos que la fuente que hoy traemos, hace distinción entre tirios y fenicios, pero tan púnicos son los primeros como los segundos.



















Puesta de Sol vista desde la Isla Saltés, Huelva

*Fuente: Huelva Información

El más antiguo de los historiadores que habla de nuestra ciudad es Estrabón, quien cita la llegada de tirios y fenicios a una isla consagrada a Hércules (Saltés) inmediata y frente a Onoba.

[...] el más antiguo de los historiadores que hablan de nuestra ciudad -Huelva- es Estrabón, geógrafo y escritor griego del siglo I antes de Jesucristo, que tratando del viaje que realizaron los tirios y fenicios para recorrer las costas del océano Atlántico y buscar en ellas asentamientos idóneos para su comercio y lograr así el tesoro de sus minas aclara que "salieron del Estrecho, caminaron 1.500 estadios al Poniente y llegaron a una isla consagrada a Hércules (Saltés), inmediata y enfrente de Onoba, ciudad de Iberia…".

MEGALITICOS DE LA PROVINCIA DE SEVILLA

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http://www.iaph.es/Patrimonio_Historico/cd/ficheros/33/ph31-179.pdf


Un inventario publicado por el Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico en el año 2000 situaba
en 65 el número total de monumentos megalíticos
conocidos en la provincia de Sevilla, pero, como
en todos los demás casos, esta estimación supone
con seguridad una importante infra-estimación del total
existente. Las agrupaciones megalíticas mejor conocidas
de esta provincia son las de Valencina de la
Concepción-Castilleja de Guzmán, El Gandul (Alcalá de
Guadaira), Castillo de las Guardas, Almadén de la Plata
y Morón de la Frontera. Como en el caso de otras provincias,
sin embargo, hay que tener en cuenta que amplios
sectores de este territorio (especialmente en las...

montañas de Sierra Morena) no han sido prospectados
de forma sistemática, por lo que es seguro que algún
día esta cifra se verá considerablemente incrementada.
Desde un punto de vista morfológico-arquitectónico
es posible distinguir dos tipos principales: los dólmenes
de galería y los tholoi. En esta provincia no se ha
identificado hasta la fecha ningún monumento de tipo
menhir como los conocidos en Huelva. Aparte, en amplios
sectores del valle del Guadalquivir (como también
ocurre en las provincias de Cádiz, Córdoba, Málaga y
Jaén) se han encontrado necrópolis de cuevas artificiales
(es decir, de cámaras hipogeas) que son en muchos
casos coetáneas de las construcciones megalíticas.
El conjunto de Valencina de la Concepción (situado
dentro del área metropolitana de la ciudad de Sevilla)
incluye algunos de los más imponentes monumentos
megalíticos de toda la Península Ibérica y está asociado
a un importante asentamiento de la Edad del Cobre,
de una extensión que, según estimaciones recientes,
se sitúa en torno a las 240 hectáreas (el tamaño más
habitual de los poblados de este periodo se sitúa en
torno a 1 ó 2 hectáreas). Juzgando por la cantidad y
magnitud de las construcciones megalíticas que sus
habitantes levantaron, esta comunidad tuvo una significativa
importancia demográfica, social y económica en
toda la región de Andalucía occidental.
Dado que se encuentra en buena parte por debajo
de la actual población de Valencina de la Concepción,
en un área que desde los años 1970 ha experimentado
un crecimiento urbano acelerado por su proximidad a
Sevilla, este poblado ha sido explorado arqueológicamente
de forma muy fragmentaria.

RITOS MEGALITICOS Y "EL LEGADO CELTA EN GALICIA"

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5,15 Minutos de video dedicados al Megalitismo

 Una ambiciosa producción que da a conocer la singular cultura de los castros gallegos, aborda la historia del noroeste de la península ibérica desde la época megalítica hasta la romanización de la cultura castreña
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el...

El Legado Celta en Galicia

Los 11 mejores descubrimientos bajo tierra

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En un agujero, debajo de la tierra se han encontrado obras de arte patrimonio de la Humanidad, desde los guerreros de Terracota a los restos de Ricardo III. Pasen y disfruten
1. Venus de Milo
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© Infobae
8 de abril de 1820. Un campesino griego llamado Yorgos Kendrotás se afana en laborar en su campo en la isla egea de Melos (también llamada de Milo). De repente, da con la azada en varios bloques de piedra tallada. Semienterrada, en dos pedazos, halla la estatua de Afrodita; cerca de allí halla un fragmento de un antebrazo y la mano con una manzana, y los restos son considerados parte de sus brazos. El derecho se piensa que sostenía la túnica justo a nivel de la cadera izquierda en un intento de impedir que la túnica se resbalara, mientras el izquierdo protegía la manzana del Juicio de Paris, fruta que el troyano Paris hubo de ofrecer a la mismísima Afrodita en testimonio de su decisión en el mítico juicio de bellezas al que fue sometido. Yorgos deja una mitad de la Venus en el mismo lugar donde la había encontrado por no poder desenterrarla, pues su peso es de al menos 900 kilos, y la otra mitad la llevó al establo.Ofrece, en primer lugar, la venta de la estatua a un clérigo ortodoxo.

En aquellos momentos se estaba librando la última etapa de la Guerra de Independencia de Grecia del imperio otomano, y el clérigo griego contactó, para eludir a las autoridades turcas, con un oficial naval francés Jules Dumont D'Urville, quien enseguida reconoció el valor de la estatua y presuntamente arregló con el clérigo una oscura compra del embajador francés en Constantinopla, el Marqués de Riviere. Esta es la versión oficial, aunque algunos historiadores apuntan a que la estatua salió de la isla por la fuerza, perdiendo los dos brazos al golpearse contra las rocas; sin embargo, también se sostiene que los turcos atacaron la embarcación y en la pelea la estatua perdió los brazos. La estatua es reparada y la presenta el Rey Luis XVIII en 1821,y la entregó al Museo del Louvre, donde se muestra a la admiración pública.
2. Palacio de la Reina Helena de Adiabene
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© Desconocido
Aparcamiento donde se encontró el Palacio de Helena de Adiabene
La antigua ciudad de Jerusalén era mucho más grande de lo que nadie pensó. Un equipo arqueológico mediante radar penetrante de tierra examinó un área de la excavación, en un aparcamiento de la ciudad de David, y así encontró, en 2003, «grandes dimensiones en la subsuperficie». Nadie estaba muy seguro de lo que podía haber allí. En una porción del estacionamiento fue descubierta una señal, que luego sería un Palacio, el de la Reina Helena de Adiabene. Era un reino en Asiria, que formaba parte de Mesopotamia, y que estaría situado al norte de Irak actual. Se convirtió al judaísmo alrededor del año 30 D.C. Durante una peregrinación a Jerusalén, se descubrió que la ciudad estaba plagada de hambre. Helena de Adiabene envió a sus siervos para garantizar alimentos a Chipre y Alejandría y alimentar a las personas hambrientas. Más tarde construyó un palacio. Alrededor del año 70, los romanos saquearon Jerusalén, terminando la primera guerra Romano-judía. El Palacio fue destruido durante el combate. Las ruinas fueron olvidadas y reemplazadas, hasta que un estacionamiento enterró el Palacio. Doron Ben-Ami, del Instituto de Arqueología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, dirigió el equipo que descubrió el viejo hogar de Helena.
3. Capilla privada de Enrique VIII
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© Desconocido
Los restos de la capilla Tudor en un aparcamiento de Greenwich (Londres)
El Palacio de Placentia fue construido en 1447 y demolido en 1694 para convertirse en un hospital para los soldados heridos. Diseñado por Christopher Wren, el impresionante complejo es hoy el Old Royal Naval College, alberga la Universidad londinense de Greenwich y es reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Doscientos años después de que fuera destruido se perdió la pista de aquella capilla real, que nunca fue arrasada realmente. Como suele ocurrir, otro estacionamiento enterró la cima de la iglesia donde Enrique VIII se casó con al menos dos de sus esposas. Había permanecido perdido entre un mar de Aston Martins y Mini Coopers. En 2006, un obrero excavó y halló debajo de algunos azulejos antiguos del aparcamiento la capilla Tudor, pero también vidrieras, la sacristía y un camino de piedras frente al mar.
4. Los Guerreros de Terracota
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© Desconocido
Marzo de 1974, provincia china de Shaanxi. Unos campesinos cavan un pozo para obtener agua y poner en regadío unos campos cercanos al pueblo de Xiyang, a unos 35 km de la antigua capital Xian. En el quinto día de los trabajos de excavación dieron con una capa dura de barro cocido. Lo que habían hallado fue la espalda acorazada de uno de los guerreros de barro. La noticia del hallazgo se extendió rápidamente hasta la capital de la provincia, Xian. En julio de 1974 un equipo de arqueólogos de la provincia de Shaanxi llegó al lugar del hallazgo para llevar a cabo numerosas perforaciones y excavaciones de prueba durante los siguientes años. El... hallazgo - el descubrimiento arqueológico más importante del siglo XX - consiste en una inmensa cantidad de guerreros y caballos de arcilla pertenecientes al mausoleo de Shi Huang Di, el primer emperador chino que unificó el Imperio del Centro, y que se mantiene intacto desde hace más de 2.200 años en el interior de una pirámide de tres pisos y 76 metros de altura. 700.000 personas trabajaron en la construcción del mausoleo, cuya planta es rectangular y mide 345 metros de este a oeste y 350 metros de sur a norte. Originalmente, la construcción de tierra apisonada tenía forma de pirámide. La longitud del muro interno fue de 1355 metros de sur a norte y de 580 metros de este a oeste. Las fosas con el ejército de barro están aproximadamente 1,5 km al este del túmulo. La primera ocupa una superfi cie de 14.260 m2 y cuenta con 6000 soldados y 40 carros de combate de madera. La segunda fosa está al noreste de la primera, y originalmente ocupó una superfi cie de 6000 metros cuadrados.

Después de unas excavaciones de prueba se supone que allí se hallan más de 350 caballos de carro, 116 caballos de monta, unos 900 soldados y probablemente 89 carros de combate. La tercera fosa tenía una superfi cie de 500 metros cuadrados en forma de «U». Aquí se encontraron 66 soldados, 4 caballos de carro y los restos de un carro de combate. Además, aquí se hallaron ofrendas en forma de cornamentas y huesos de animales que ayudarían a conseguir la victoria.
5. Ruinas musulmanas bajo la plaza de Oriente (Madrid)
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© Desconocido
En la Plaza de Oriente, frente al Teatro Real, fueron desenterraron los restos de una Atalaya islámica del siglo XI, que se mantienen y pueden visitarse en la primera planta del aparcamiento. Se trata de una torre de vigilancia que probablemente, al igual que otros elementos de fortificaciones musulmanas, fueron luego utilizados por los cristianos. La atalaya está situada junto al barranco, y los arqueólogos no descartan que existiera alguna otra. El cimiento de la torre muestra el nivel del suelo medieval.
6. Buque de guerra de la flota marina de Texas
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© Desconocido
Recreación del buque hallado
Cuando estalló la revolución, Texas creó en 1835 una flota propia para no depender de corsarios. El gobierno revolucionario compró cuatro barcos: El Invencible, El Brutus, La Libertad y La Independencia. La misión de esta primera Armada de Texas fue defender la costa del bloqueo de México e infligir el máximo daño a la Armada mexicana. (La Marina de guerra de Estados Unidos parecía encontrar todo esto un poco molesto y tuvo incidentes menores con las dos armadas beligerantes). La Armada siguió en el Golfo de México hasta bien entrado el año siguiente, hasta que en última instancia la flota se perdió.

La segunda armada de Texas zarpó en 1839. Su primer barco de guerra fue el Zavala, una goleta de pasajeros de doscientos pies reinstalada para operaciones marítimas. Al regresar a Galveston, tras una campaña para ayudar a parte de los rebeldes de la península de Yucatán contra Santa Ana, el Zavala sufrió serios daños durante una tormenta. Lo hicieron regresar a puerto, pero nunca fue restaurado, y finalmente fue hundido.

En 1996, la Agencia de Marina anunció que había descubierto el Zavala en el muelle del grano, en Galveston. Fue debajo de un estacionamiento utilizado por los trabajadores en un ascensor cercano. Allí quedó marcada como un lugar histórico por la Comisión de antigüedades del estado de Texas.
7. El metro cuadrado donde fue asesinado Julio César
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© Infobae
Dos mil cincuenta y seis años después, arqueólogos españoles han encontrado en Roma el lugar donde fue asesinado Julio César. Un equipo del CSIC del investigador Antonio Monterroso localizó el lugar preciso donde César fue acribillado con 23 puñaladas: el «Cesaricidio» ocurrió en el área arqueológica de Torre Argentina, en pleno centro histórico de Roma. En sentido este-oeste, está situado entre Campo dei Fiori y Piazza Venecia; en sentido norte-sur se encuentra a 150 metros del panteón, entre éste y el río Tíber. Siempre se supo que César fue asesinado en la Curia de Pompeyo, pero hasta ahora no se había recuperado ningún testimonio material. La clavez del hallazgo fue un cubo de hormigón de tres metros de ancho por dos de alto.

8. La diosa de la Luna, en una calle de Ciudad de México
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© Desconocido
La piedra de la Diosa Coyolxauqui
El 21 de febrero de 1978, unos trabajadores colocaban líneas eléctricas en el suelo, en una esquina de una calle muy transitada de la Ciudad de México cuando descubrieron una piedra de 20 toneladas de un bajo relieve de la diosa Coyolxauqui. Se cree que fue esculpida a principios del siglo XV y enterrada antes de la destrucción de la civilización Azteca por los conquistadores españoles en 1521. La piedra fue trasladada a unos 200 metros del sitio al Museo del Templo Mayor.
9. El Parlamento canadiense
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© ABC
Lugar donde se cree está el Parlamento de Canadá
En 1848, el Parlamento de la provincia unida de Canadá aprobó el Gobierno responsable exigiendo de la legislación un estado independiente. En 1849, una turba enfurecida quemó el edificio del Parlamento. El sitio se convirtió en un espacio público llamado ambiguamente «Parliament Square», y durante la década de 1920 se perdió toda la conexión con el pasado histórico del sitio. No transcurrió mucho tiempo antes de que alguien comentara a su vecino: «¿Cuántos coches crees que podríamos encajar allí?» La cuna de la democracia canadiense se convirtió en otro enorme aparcamiento. En 2010, los arqueólogos terminaron un estudio de veinte años y comenzaron a cavar. Entre las reliquias que han rescatado hasta ahora figuran un retrato de la Reina Victoria y valiosísimos libros.
10. Los Manuscritos del Mar Muerto
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© Desconocido
Finales del año 1946.Tres pastores (Jalil Musa, Jum'a Monhamed y Mohamed ed Dhib) de la tribu beduina T'amireh hallan de forma casual un conjunto de manuscritos en una cueva situada en Qumrán, lugar cercano al mar Muerto. Dan con ellos de casualidad, mientras perseguían a una de sus cabras. Los beduinos se hacen con la posesión de siete rollos y un par de jarras donde se guardaban diversos textos, durante más visitas en 1947. Fueron vendidos (troceados, para aumentar su precio), así como al archimandrita del monasterio sirio-ortodoxo de San Marcos en Jerusalén, Atanasio Josué Samuel (más conocido como Mar Samuel). Otros tres cayeron en manos del profesor judío Eleazar Sukenik, arqueólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que dándose cuenta del valor de los mismos los compró en 1954. Posteriormente se publicaron copias de los rollos, causando un masivo interés en arqueólogos bíblicos, cuyo fruto sería el hallazgo de otros seiscientos pergaminos, y cientos de fragmentos. Los textos permiten estudiar importantísimas fuentes teológicas y organizativas del judaísmo y del cristianismo. La mayoría de los manuscritos datan de entre los años 250 a. C. y 66 d. C., estando entre ellos los textos más antiguos de que se dispone en lengua hebrea del Tanaj o Antiguo Testamento bíblico. La mayoría de los manuscritos se encuentran hoy en el Museo de Israel en Jerusalén, en el Museo Rockefeller de Jerusalén, así como en el Museo del Departamento de Antigüedades en Ammán (Jordania).

11. La primera iglesia del mundo
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© Desconocido
Aquí se cree que estuvo la primera iglesia del mundo
El director del Centro de Estudios Arqueológicos de Rihab, Abdul Qader Hussan, aseguró haber localizado «lo que creemos es la primera iglesia del mundo, construida entre los años 33 y 70 de nuestra era. Tenemos indicios de que acogió a los primeros cristianos, los setenta discípulos de Jesucristo». El espacio paleocristiano fue descubierto en Jordania, bajo la iglesia de San Jorge, construida el año 230 después de Cristo y, por lo tanto, uno de los templos exentos mas antiguos, pues la construcción sistemática de edificios dedicados exclusivamente al culto -iglesias tal como las conocemos hoy- empezó sólo después de que el emperador Constantino concediese la libertad religiosa a principios del siglo IV. A la vista de la inscripción sobre «los setenta amados por Dios» que figura en los mosaicos de la iglesia de San Jorge, el arqueólogo jordano afirmó que el templo subterráneo puede muy bien haber sido el refugio de los discípulos que huyeron de Jerusalén a causa de la primera persecución, desencadenada por las autoridades judías del Templo. 
Visto aquí

El periplo del Menhir-Estela del Monte Soalar, Baztán

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Hoy queremos hablar una estela de guerrero del valle de Baztán, una zona muy abundante en megalitos, la conocida como Menhir-Estela del Monte de Soalar. Desde que esta estela, de más de cuatro metros de longitud, comenzó a ser estudiada en 1974 fue sufriendo distintos avatares, desde casi acabar siendo el dintel de un caserío que se estaba construyendo, a usarse como soporte de una canasta de baloncesto. En la actualidad se encuentra en el Museo Jorge Oteiza, en Elizondo. Pertenece a la Edad del Bronce, como casi todas las pertenecientes a este tipo de estelas con representaciones esquemáticas de guerreros.
A continuación os ponemos la narración existente en celtiberia.net sobre su reciente periplo.

celtiberia.net
*Fuente: cromlech, celtiberia.net

Viaje insólito  de una piedra por el Baztán

1/. El menhir está tumbado en el monte Soalar (Baztán) cuando es localizado por el padre Ondarra en el año 1974. Mide 4,35 m de longitud , pesa 3.500 kg.,  está entero y acaba  en punta. Publica  estos datos en Príncipe de Viana, en  1976.

2/. En otoño de 1992 desaparece del lugar y es encontrada esn la primavera de 1993 por Ondarra a unos 15 km. de allí, en la zona de Ezkaldo (Gartzain).Estaba  tirada al lado de una pista. Parece ser que el dueño del terreno va a hacer un  prado (luberri)  en aquel lugar y se la ha traído aquí  para ponerla de dintel en un caserío que  está construyendo.
Se le comenta al señor que debe devolver la piedra a su emplazamiento original. Así pasan unos...
cuantos años, hasta que en  el verano de 2003 desaparece otra vez.

3/. En otoño de 2003, los del grupo Hilharriak recibimos el aviso de que el menhir ha  sido visto en una casa rural de Gartzain. Está en pie y… ¡con una canasta de baloncesto!
A los pocos días  vamos los del grupo y la fotografiamos. Algunos del grupo aprecian un grabado como de un hacha y un círculo (¿posible sol?).
Luis Millán contacta con los arqueólogos de la Universidad de Alcalá de Henares, Primitiva Bueno y Rodrigo de Balbín, que llevan desde el año 1985 estudiando por toda España los grabados en menhires, estelas y dólmenes.
En enero de 2004 los dos expertos visitan la piedra y comentan que es una estela de un guerrero.
El Ayuntamiento de Baztán le informa al dueño de la casa rural que debe quitar la canasta y dejar la piedra en el suelo.

4/. En abril de 2004 trasladan el menhir al jardín del Museo Jorge Oteiza de Elizondo, que es donde sigue hoy en día.

En el Museo Jorge Oteiza, celtiberia.net
celtiberia.net

Grupo Megalítico de Gádor - Almería

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Fuente: IAPH
Autor de las imagenes: Blanco de la Rubia, Miguel Angel
Megalito I de El Marchal de Araoz - Grupo Megalítico de Gádor - Gádor - Almería

Descripción
La Necrópolis Megalítica de Gádor está formada, fundamentalmente, por enterramientos megalíticos u ortostáticos que constan de una cámara central de forma poligonal, construida con grandes piedras dispuestas verticalmente (ortostatos), y disponen de una cubierta plana realizada mediante losas de piedra. También se documenta en algunas de estas estructuras, un corredor de acceso orientado de noroeste a sureste, que comunica la cámara con el exterior, y por último, en líneas generales, las tumbas se cubren con un túmulo de piedras y tierra.
Formando parte de esta necrópolis también se ha podido identificar un tholos o tumba de falsa cúpula, cuya planta es similar a la de los megalitos con corredor, si bien hay diferencias en cuanto a tamaño y técnicas constructivas, pues normalmente los tholoi tienen una cámara y túmulo mayor que los megalitos. La diferencia más significativa radica en la cubierta, conseguida por aproximación de hiladas. Otro tipo de tumbas localizadas se adscriben a la tipología de enterramientos en covacha, aunque sólo se han podido detectar dos.
La Necrópolis Megalítica de Gádor pertenece a la Edad del Cobre, período en el que la población tiende a concentrarse en el estuario del Andarax, apareciendo los asentamientos centrales cerca de las zonas con mayores recursos, que pasan a controlar. La limitación de tierras de cultivo en el sureste, los procesos de acumulación de riqueza pecuaria y la concentración de fuerza de trabajo en algunos asentamientos, que facilitaba la capacidad de movilizar grandes contingentes en...
determinadas actividades, condujo a procesos de desigualdad dentro y entre los poblados, enmascarados mediante el desarrollo de una ideología sacralizada, que tendrá como máximo exponente la monumental necrópolis de Los Millares. Con la especialización de algunos centros en determinados recursos no subsistenciales (minería), la aparición de poblados agrícolas dependientes y tributarios, así como el control de los bienes de prestigio, se consolida la desigualdad social y el acceso restringido a las elites del poder y la riqueza. En este contexto, en el que parte de la población seguía desplazándose esporádicamente con los rebaños, las tumbas colectivas adquieren tres funciones principales: expresión de la cohesión social, definidores de las desigualdades entre linajes y entre los asentamientos, y demarcadores de los territorios usados para la explotación subsistencial (tierras agrícolas y zonas de pastos).
En este caso, las tumbas se extienden por una amplia superficie dando lugar a lo que se denomina necrópolis dispersa, por la gran distancia que existe entre los enterramientos. Estas construcciones ocupan normalmente lugares estratégicos en torno a las vías naturales de comunicación, dando lugar de este modo a necrópolis muy extensas.
La Necrópolis Megalítica de Gádor está formada por un gran número de tumbas de distinta tipología que se agrupan en las siguientes unidades:
1. Cerro de Las Yeguas: donde consta un solo enterramiento.
2. Coto de Don Diego: formado por cuatro enterramientos.
3. Rambla de Las Balsas: se documentan dos enterramientos.
4. Llanos de Retamar: esta unidad agrupa ocho tumbas.
5. Tajos Coloraos: se compone de seis enterramientos.
6. Collado Ceporro I: se registra un megalito.
7. Jacalgarín: esta unidad tiene cuatro enterramientos.
8. Collado Ceporro II: se documenta un enterramiento.
9. Cuesta del Rayo: consta de dos megalitos.
10. La Corraliza: se agrupa un total de cinco enterramientos.
11. Llanos de Regina: se trata de una de las unidades con más megalitos, con un total de doce.
12. Rambla de Ciscarejo: se compone de tres enterramientos, dos de ellos en covachas.
13. Gádor: con dos enterramientos.
14. Rambla de Jalbos I: un enterramiento.
15. Marchal de Araoz: un enterramiento.
16. Rambla de Jalbos II: dos megalitos.
17. Loma de Los Mudos I: consta de dos estructuras megalíticas.
18. Loma de Los Mudos II: formado por doce enterramientos.
19. Rambla de Las Pocitas: un enterramiento.



FUENTES DE INFORMACIÓN


Información Bibliográfica

Decreto 194/2007, de 26 de junio, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, el Yacimiento Arqueológico denominado Necrópolis Megalítica de Gádor, Almería.. 5/07/2007, pp. 27-30.

Resolución de 6 de septiembre de 2004, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción genérica colectiva en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, de los yacimientos arqueológicos del Grupo Megalítico de Gádor, provincia de Almería. 23/09/2004, pp. 20738-20741.

Información documental
Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de Almería. ALCARÁZ HERNÁNDEZ, Francisco Miguel, Documentación técnica para la declaración como Bien de Interés Cultural, con la catergoría de Zona Arqueológica, de la Necrópolis Megalítica de Gádor, Almería. Grupo Megalítico de Gádor

NUEVAS FOTOS DEL DÓLMEN "EL GIGANTE". EL GASTOR (CÁDIZ)

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Tres nuevas fotos digitales de  Blanco de la Rubia, Miguel Ángel

 Dolmen grande y en buen estado. Se hallaron tallas de sílex a su alrededor. Se halla situado en la cima del monte Tagarín y está formado por bloques ciclópeos de unos 18 metros de extensión, 1-2 metros de ancho por 3-4 metros de alto.

Localizador Cartográfico del Patrimonio Cultural Andaluz

Vista previa de la posición del bien
 Fuente: IAPH

Estas dos fotos son mias de hace más de 20 años, con camara reflex no digital (de las que hay que positivar en laboratorio y despues escanee para subirla al blog)
Foto desde el interior del dólmen, nuestro perrito tumbado a la sombra a la entrada del dólmen, era verano y hacía mucho calor (foto Emilio)
Poco antes de llegar al pueblo de El Gastor, veremos una fuente a la derecha y seguidamente un
cartel "se prohibe la venta ambulante". Tras pasar el cartel, seguiremos una pista a la derecha que va
por el pinar de la ladera. El camino se abre en dos y seguiremos por el de la derecha, que continúa por
la ladera hasta llegar en unos cientos de metros a la altura de otro camino por nuestra derecha, con
una indicación del dolmen del Charcón. Comenzaremos a caminar en este punto, a 650 m. de altitud,
siguiendo la pista del dolmen. Subiremos algo más de 1 Km., saliendo del pinar y llegando, tras pasar
unas cancelas, a una zona llana, en la que encontraremos una fuente-abrevadero a nuestra
izquierda, junto a unos árboles de ribera. Estamos a 800 m de altitud. Atravesaremos la llanura, en
dirección a la casa del cortijo del Charcón, antiguamente habitado por Cristóbal y su familia. Aún se
pueden ver los restos del huerto y de los cercados para las aves de corral. Por la izquierda de la
casa nos acercaremos a una encina aislada y a su izquierda veremos el dolmen del Gigante. (tomado
de www.alaventura.com)]
Dimensiones:
8,5 m de longitud y 1,55 m ancho cámara
Coordenadas UTM:292.950- W4.080.305- NHuso:30
Mención de Ref:
Notas:
Se encontraron en su interior unos cuencos de cerámica, puntas de flechas y cuchillos de sílex,
pertenecientes al periodo Calcolítico o Edad del Cobre, unos 3000 años antes de Cristo.

El grifo de Higuera la Real: LA MAMARRACHA

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La Mamarracha. Foto Emilio
Han sido muchas las interpretaciones vertidas hacia este singular monumento ubicado en la Plaza de la Iglesia del Loreto de Higuera la Real (Badajoz). 
La Mamarracha delante de la ermita de Nra. Sra. de Loreto. Foto Emilio

No todas poseen unos fundamentos sólidos pero sí que de un modo u otro han ido configurando las visión que los higuereños tenemos de un símbolo de nuestra localidad, y por qué no decirlo de nuestra historia local.
 Se trata de una figura llena de misticismo y esoterismo, a la que se le han ido asociando decenas de leyendas sedimentadas unas tras otras que han ido creando una imagen imperecedera de este emblema de Higuera la Real.
Si hacemos una descripción formal de la pieza podríamos remitirnos a los estudios realizados por Teresa Chapa Brunet y decir que se trata de un grupo escultórico exento formado por dos figuras: un grifo y un una figura humana. El material utilizado es el mármol, hoy día muy erosionado, lo que puede inducir al error y al equívoco a la hora de apreciar la materia prima de la obra. Sus dimensiones son 137cm de altura por 72cm de longitud. La figura animal consta de cuerpo y cabeza de felino, dos alas laterales, cola y una cresta dorsal, y posiblemente es de género femenino, ya que se pueden apreciar dos filas de mamas en la parte inferior de su vientre.
Foto Emilio

 El grifo aparece apoyado sobre sus cuartos traseros, en una postura sentada. En su cabeza se puede observar una boca ancha, entreabierta, aunque no sus dientes, que se han perdiendo debido al avanzado estado de erosión.
 Del mismo modo sus ojos resultan inapreciables. En la parte dorsal podemos advertir evidencias de una cresta que recorrería la espalda del animal desde la cabeza hasta el arranque de la cola, y en los laterales encontramos lo que parecen ser dos alas de plumas pegadas al cuerpo y las muestras de tres costillas.
 Foto Emilio

Por su parte la figura humana aparece sentada en posición opuesta al grifo con la rodilla derecha ligeramente flexionada y la izquierda extendida.
 No resulta fácil identificar si se trata de una imagen masculina o femenina, aunque si se pueden apreciar los restos de la morfología facial y una cabellera larga recogida a modo de cola. Su brazo izquierdo rodea la garra del animal, mientras que el derecho está alzado hacia una de las axilas del grifo, hecho...
que ha desencadenado alguna interpretación relacionada con que la figura podría estar intentando matar a la fiera, aunque parece más coherente pensar que el grifo está manteniendo una actitud protectora.
Foto Emilio
En lo referente a la nomenclatura del grifo podríamos decir que como mínimo resulta curiosa: “la Mamarracha”. 
En la actualidad este término está relacionado con personas o cosas en cuya definición podríamos encontrar adjetivos como informal, ridículo, extravagante, imperfecto… es decir, personas o cosas no merecedores cuanto menos de respeto. Aunque en origen, el término tendría otra connotación bien distinta.
 El vocablo “mamarracha” parece provenir del término árabe “moharrache” en relación con el gesto o ademán en tono burlesco de mamar. Ante estas evidencias no parece muy descabellado pensar que la figura humana podría estar siendo amamantada por el grifo.
El origen de la pieza resulta verdaderamente complejo, ya que no poseemos pruebas concretas que nos permitan asociar el grifo con una fecha exacta. Si atendemos a la fisionomía del animal y más concretamente a la plástica escultórica que presenta, podríamos encuadrarlo en torno al siglo I y II d.C., ya que posee unas características formales que la sitúan en el tipo de escultura que se viene realizando en la Península por estas fechas. Sin embargo existen interpretaciones variadas acerca de su origen. 
El pintor frexnense Eugenio Hermoso afirmaba que el origen de esta escultura no podría sino estar en el cercano yacimiento arqueológico de Nertóbriga. Teoría que difiere de la de Quintero Carrasco, que lo vincula a la antigua ciudad de Valera la Vieja, en las proximidades de Fregenal de la Sierra. 
Menos credibilidad tienen las hipótesis como las de José Ramón Mélida que llegó a identificar al grifo con una gárgola gótica.
A lo largo de la historia el grifo ha tenido connotaciones muy diversas, encontrando sus raíces en las etapas más antiguas de nuestra era. En origen se trataba de una criatura legendaria con cuerpo y patas de león, cabeza y alas de águila y en ocasiones cola de serpiente. Su procedencia parece asiática ya que encontramos los primeros ejemplos en el arte y la literatura babilónica, asiria y persa, donde encontramos al grifo asociado a las distintas divinidades y otros seres mitológicos del mundo mesopotámico, y siempre en actitud guardiana. 
 Foto Emilio

Dentro de la mitología griega, las primeras representaciones las encontramos en la civilización minoica (Sarcófago de Hagia Triada), aunque alcanza su máxima difusión durante el periodo arcaico, donde los griegos los relacionaron con la protección de tesoros, generalmente de oro.

En el mundo romano el grifo parece ser utilizado como un símbolo de fuerza y vigilancia y es asociado a leyendas relacionadas con Apolo, Dionisio y Némesis. La leyenda cuenta que estos animales estaban consagrados al dios del sol, tirando de su carro y custodiando sus tesoros. También se han vinculado con el dios Dionisio, como encargados de proteger sus cráteras del vino, y con la diosa Némesis, diosa de la venganza, adoptando su forma.
Con la llegada del Cristianismo, el grifo se convirtió en uno de los pilares de los bestiarios medievales. Trasmitía una imagen de venganza y persecución, aunque más tarde, con la concepción dantesca del Averno, se relacionó con la naturaleza dual (divina y humana) de Jesucristo, precisamente por su dominio del cielo (en condición de águila) y de la tierra (como león).
 En cualquier caso, siempre mantendrá una actitud de protección, sobre todo en templos y palacios de la arquitectura gótica (a modo de gárgolas) durante la Baja Edad Media.
El grifo también es un emblema heráldico, siendo frecuente encontrarlo en los escudos familiares y estandartes. De forma general representaba la fuerza, el valor y el ingenio que caracterizaron a los linajes que los mostraban.
En cuanto al grifo de Higuera parece estar más relacionado con el mundo funerario. Sería coherente pensar que junto a este simbolismo ultra terrenal, pudiera conservar parte de su antigua significación protectora en cuanto a que su cometido fuera el de salvaguardar al difunto. De este modo es más que probable que esta pieza pudiera coronar algún tipo de enterramiento o tumba.
En todo caso, la escasez de testimonios escritos acerca de su procedencia y origen, son aspectos que proyectan importantes sombras en lo referente a la interpretación de este ser misterioso. Aunque si admitimos las diferencias de interpretación de los distintos teóricos y la provisionalidad de las hipótesis vertidas sobre el grifo, podemos llegar a un claro esquema de comprensión de esta pieza tan enigmática.
Texto:José Carlos Gallardo González
Ermita de Nª Sra. de Loreto con el Grifo "La Mamarracha" a su puerta. Foto Emilio
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO
Al extremo de la población se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Loreto, fundada por la Orden del Temple a finales del siglo XIII. Frente a ella se encuentra una escultura en piedra de tipología medieval (siglos XIII-XIV), conocida popularmente como "La Mamarracha". Los investigadores locales la consideran anterior, "joya arqueológica" -escribe M. R. Preyeso- "propia y típica de la dominación romana", procedente de Nertóbriga u otro yacimiento próximo. Representa a un león alado y debajo una figura humana. El tratamiento técnico de crines y alas en bloques independientes da a la obra un sentido orientalizante. Remata el conjunto una Cruz de Santiago, de hierro forjado, de factura posterior. El edificio está construido de mampostería enlucida y encalada.
Foto Emilio
 

La astronomía primitiva de Stonehenge: Rocas para predecir eclipses

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Vista panorámica del monumento de Stonehenge, en Reino Unido. | EfeVista panorámica del monumento de Stonehenge, en Reino Unido. | Efe

Los eclipses solares, en los que el disco lunar cubre al Sol en pleno día y provoca el desconcierto de los animales -así como el pánico de algunos humanos-, se deben a una asombrosa casualidad planetaria. La Luna está 400 veces más cerca de nosotros que el Sol, y también es 400 veces más pequeña. Por ello, cuando la Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados, es posible contemplar cómo el Sol desaparece por completo ante el paso del satélite. Al menos así ocurre en la llamada franja de totalidad del eclipse. En otras zonas, sin embargo, la Luna tan solo morderá al astro rey sin terminar de ocultarlo por completo, lo que se conoce como un eclipse parcial.
Para el poeta griego Arquíloco de Paros, testigo de la ocultación del Sol del año 648 a. de C., esta fue la expresión más evidente de que el Cosmos no se rige por reglas, y de que cualquier cosa, por absurda que parezca, puede ocurrir en cualquier instante. «Nada puede ser ya sorprendente, o imposible, o milagroso, ahora que Zeus, Padre de los Olímpicos, ha hecho noche del mediodía, escondiendo la brillante luz del Sol, y el miedo ha descendido sobre la humanidad. Después de esto, los hombres pueden creer cualquier cosa, esperar cualquier cosa. No se sorprenda nadie en el futuro si las bestias de tierra se cambian de lugar con los delfines, y marchan a vivir en sus salados pastos, y acaban por gustar más de sus profundas olas que de la tierra, mientras los delfines prefieren las montañas».
Hoy sabemos que, muy al contrario de lo que intuyó Arquíloco, los eclipses son precisamente una de las manifestaciones más claras de que el mundo de los astros es fiable y puntual como un reloj suizo. Pero no es necesario salir de esa época que seguimos llamando Antigua Grecia para encontrarnos con al menos dos pensadores que no solo habían entendido la regularidad que subyace tras estos fenómenos, sino que incluso se aprovecharon de ellos para solucionar problemas concretos sobre el Universo (que, para ellos, no excedía el Sistema Solar).
Aunque no fue su único mérito, solo por sus estudios de los eclipses los sabios Aristarco de Samos e Hiparco de Nicea ya merecen un lugar entre los grandes pensadores de la Historia. Ambos emplearon distintas clases de eclipses (Aristarco, lunar; Hiparco, total y parcial) para realizar mediciones precisas y calcular geométricamente la distancia que separa la Luna de nuestro planeta. De algún modo, estos fueron los primeros pasos que dio la humanidad hacia la conquista del espacio.

Supersticiones y rituales

Aproximadamente una vez cada 1,6 años se produce un eclipse solar en algún lugar del planeta, siempre durante la fase de Luna nueva. Una tercera variable de eclipse solar es el anular, que se produce cuando la Luna está en su punto de máxima lejanía (apogeo) con la Tierra, por lo que su disco aparece un poco más pequeño y permite que una pequeña franja exterior del Sol la rodee como un anillo. Cada año...
se producen como mínimo dos eclipses solares y, como máximo, cinco.
A pesar de que estos acontecimientos se pueden predecir con facilidad desde hace milenios, aún hay millones de personas en la Tierra que se asustan cuando ven que el día se oscurece de repente, y muchos rezan o celebran rituales para evitar los malos augurios. Un eclipse de Sol puede oscurecer el cielo lo suficiente como para que otras estrellas sean visibles en el firmamento, pero el ambiente no llega a ser tan negro como la noche. Más bien el cielo se pinta de un azul oscuro inquietante y extraño, al que Homero se refirió como «una niebla maligna que todo lo cubre».
Primera fase de un eclipse solar anular. | ReutersPrimera fase de un eclipse solar anular. | Reuters

No es de extrañar que el hombre primitivo sintiera terror, y tampoco que las primeras civilizaciones buscaran una interpretación cercana y comprensible de estos inquietantes eventos. En general, es posible diferenciar entre cuatro tipos de explicaciones míticas que se dieron a estos fenómenos en la Antigüedad: un ser celestial y monstruoso devora al Sol; la Luna y el Sol, como viejos amantes que son, se enzarzan en una pelea; ambos astros se ocultan para hacer el amor; el Sol está enfadado o enfermo y se desvanece.
Algo menos impactante, aunque no menos espectacular, resulta un eclipse lunar. Pasar de la noche alumbrada por la Luna a la oscuridad total es menos dramático que ver cómo el día se apaga en unos instantes. Aun así, contemplar a la sombra terrestre engullendo a nuestro satélite sigue siendo una visión que no se olvida fácilmente, y que ha inspirado terror a sociedades como los masai, que arrojaban arena al aire para evitar los malos augurios, o los habitantes de Kamchatka, que oraban y encendían hogueras con idéntico propósito.
Los indios de Norteamérica, al igual que los hindúes, golpeaban cazos y pucheros, mientras que los antiguos babilonios, quienes podían prever algunos de estos eclipses, montaban altares para que los sacerdotes rogaran a la Luna que librara a su ciudad de catástrofes.
El eclipse de Luna más terrorífico del que se tiene noticia ocurrió en 1974 en Phnom Penh, Camboya. Creyendo que la Luna estaba siendo devorada por un mono, un grupo de soldados comenzó a disparar sus armas y mató a 16 personas.

El mito del dragón maligno

Un eclipse lunar se produce solo con Luna llena y un máximo de tres veces al año. Puede ser total, parcial o penumbral. Esta última variante provoca un leve oscurecimiento del satélite sin llegar a ocultarlo, ya que este no pasa por la sombra principal que arroja la Tierra sino por la penumbra que se halla a su alrededor, la cual no bloquea toda la luz solar.
Al contrario que los eclipses solares, que sólo son visibles en una franja de 269 kilómetros como máximo, los eclipses de Luna se ven desde todo un hemisferio, y pueden durar más de tres horas y media, es decir, más del doble que los de Sol.
No cabe ninguna duda de que el Sol y la Luna se han ocultado el uno al otro con escrupulosa regularidad desde que el hombre es hombre, aunque el primer registro histórico de un eclipse lo encontramos en la antigua China. Exactamente, y según nuestro actual calendario, el 22 de octubre de 2134 a. de C. Los astrónomos tenían el cometido de predecir la fecha de los eclipses solares, ya que para entonces debían estar listos todos los preparativos necesarios para escapar de sus supuestos influjos maléficos.
El disco solar cibierto por la Luna en un eclipse solar anular. | ReutersEl disco solar cibierto por la Luna en un eclipse solar anular. | Reuters

Por lo tanto, en aquella época debían conocer ya en China algún tipo de ciclo astral que permitiera predecir estos acontecimientos, aunque ignoraban que era la Luna la que tapaba al Sol y, sin duda, se cometían muchos errores. En concreto, se creía que el astro rey era devorado por un dragón maligno, y que solo el sonido de los tambores de guerra y las lanzas que se disparaban contra la bestia lograban persuadirla de su siniestro propósito.
Según cuenta la leyenda, los astrónomos reales, Hu y Hi, eran dados en demasía a las celebraciones etílicas, por lo que el día del gran acontecimiento los sorprendió con una colosal borrachera encima y se olvidaron de avisar al emperador del combate celestial que se avecinaba. Cuando el gran dragón comenzó a engullir al Sol, no había arqueros disparando sus flechas ni tamborileros que hicieran resonar sus instrumentos, así que el animal pudo completar el festín a sus anchas para desconcierto y desesperación de todos.
Quizá el emperador y sus súbditos aprendieron aquel día una valiosa lección, en vista de que el Sol volvió a brillar con normalidad pese a la ausencia de hostilidades contra el temible e insaciable dragón. Sin embargo, el emperador, cuya fortuna se asociaba a la capacidad de predecir y enfrentarse a estos eventos, apenas lograría reponerse de los momentos de terror que había pasado, y Hu y Hi pagaron con sus cabezas el despiste.

Astronomía con monolitos

Posiblemente, el primer sistema del que se tiene constancia para predecir estos acontecimientos sea la célebre construcción monolítica de Stonehenge, en el condado de Wiltshire, Inglaterra. Este monumento consta de cuatro círculos concéntricos de piedras y fue levantado en la Edad de Bronce, hacia el 2500 a. de C. En 1963, el científico estadounidense Gerald Hawkins publicó un estudio en la revista 'Nature' en el que demostraba que la gran cantidad de sucesos astronómicos de los que daban cuenta los monolitos no podían ser fruto del azar. Hawkins descubrió que las 56 cavidades que contiene la construcción, llamadas fosas de Aubrey, podrían servir para predecir eclipses.
Pocos años después, el astrofísico británico Fred Hoyle estudió el monumento y se mostró de acuerdo con su colega norteamericano en que se trataba de un centro astronómico, capaz de predecir la fecha exacta de los eclipses de Sol y de Luna, así como las órbitas de estos astros. En realidad, el método de Hoyle, aunque también se basa en las fosas de Aubrey, es distinto al de Hawkins, y mucho más preciso.
Fase final fe un eclipse solar anular. | ReutersFase final fe un eclipse solar anular. | Reuters

De acuerdo con Hoyle, sólo los primeros constructores del monumento tenían conocimientos astronómicos, mientras que sus sucesores se limitaron a levantar monolitos sin ningún otro sentido que el ritual o religioso. Si esta tesis es cierta, los habitantes prehistóricos de aquella región debieron sufrir una suerte de edad oscura, en la que todos sus conocimientos y observaciones del cielo se fueron perdiendo sin dejar rastro, como más tarde ocurriría con los códices de la biblioteca de Alejandría.
También la física y astrónoma estadounidense Sharon Challener, tras pasar más de 20 años estudiando Stonehenge, encontró un sistema que utiliza los megalitos centrales, los más antiguos y voluminosos, para calcular cuándo habrá un eclipse lunar.

El descubrimiento del helio

Pero una cosa es aprender a medir los ciclos y prever los movimientos de los astros y otra muy distinta es saber qué está ocurriendo realmente en el firmamento, al margen de monos, dragones y otras deidades de la Antigüedad. No fue hasta el siglo XVIII cuando los eclipses comenzaron a verse como una oportunidad para realizar observaciones científicas y se recuperó la tradición, iniciada por Aristarco e Hiparco, de planear expediciones para observar estos fenómenos.
Uno de los más productivos fue el eclipse solar del 18 de agosto de 1868, en el que dos investigadores, el francés Jules Janssen y el inglés sir Norman Lockyer descubrieron de forma independiente el helio, un elemento hasta entonces desconocido y que resultaría ser el segundo más abundante del universo, tras el hidrógeno. Janssen viajó hasta Guntur, India, para ver el eclipse en su totalidad, y más tarde sería el responsable de bautizar al nuevo elemento junto al químico británico Edward Frankland. El nombre se escogió en conmemoración del dios helénico del Sol -Helios- y creyendo erróneamente que se trataba de un metal (la denominación original del elemento es Helium, ya que el sufijo -ium identifica a los metales).
Norman Lockyer. | EM

Norman Lockyer. | EM
En el mismo eclipse, Janssen comprobó que las prominencias rojizas que escupe nuestra estrella son de naturaleza gaseosa y desarrolló un nuevo método para observarlas. Hasta entonces sólo podían verse si un eclipse total oscurecía el resto del Sol, dejando así al descubierto las emanaciones de su corona (o parte externa de su atmósfera).
Cuando Janssen se dio cuenta de que estas llamaradas seguían produciéndose durante los días siguientes al eclipse, quedó demostrado que provienen de nuestra estrella, y no de la Luna, como se había creído hasta entonces. Precisamente, fue al analizar estas misteriosas prominencias con un espectroscopio cuando tanto él como Lockyer se dieron cuenta de que algo no cuadraba, y descubrieron la presencia del nuevo elemento. Unas décadas después, en 1895, se demostró que también hay helio en la Tierra.

De 'Nature' a 'Los Simpsons'

Junto a la paternidad de este hallazgo, Janssen y Lockyer comparten dos envidiables privilegios planetarios: ambos tienen un cráter en la Luna y otro en Marte. Lockyer, uno de los astrónomos más importantes de su tiempo, también es recordado por un observatorio que lleva su nombre en Devon, Inglaterra. Su prestigio no solo se debe al helio: fue el fundador de la revista 'Nature', que aún lidera el mercado de las publicaciones científicas, y el primer investigador en sugerir que Stonehenge podría ser un observatorio astronómico; una tesis que, como hemos visto, daría pie a numerosos estudios.
Pierre Jules Janssen. | EM

Pierre Jules Janssen. | EM
Pero solo Janssen ostenta uno de los más extravagantes honores a los que puede aspirar un científico: ser objeto de una oscura referencia para iniciados en un episodio de 'The Simpsons'. Bart hace un globo aerostático con la cara del director de su escuela, Skinner. Al verlo, este exclama: «Maldigo al hombre que inventó [sic] el helio, maldigo a Pierre Jules César Janssen».
Podemos sentirnos afortunados de vivir en el único planeta conocido donde es posible contemplar un eclipse total. El Sistema Solar tiene unas 150 lunas conocidas, y ninguna produce los asombrosos efectos que podemos ver en nuestro planeta. De hecho, ni siquiera en la Tierra ha ocurrido siempre así, ni ocurrirá hasta el fin de los tiempos.

Los eclipses y la vida inteligente

Los eclipses totales de Sol se llevan produciendo sobre nuestro cielo 150 millones de años, y solo lo seguirán haciendo durante otros 150 millones de años. Como la Luna se va alejando progresivamente de nuestro planeta, no siempre ha estado ni estará a la distancia exacta para que se dé este singular espectáculo. Esto significa que los continentes ya estaban empezando a formarse y ya existían numerosas formas de vida complejas, como las aves y los primeros mamíferos, la primera vez que se produjo un eclipse como los que hoy vemos.
Significa, asimismo, que la vida inteligente ha coincidido siempre, al menos hasta donde nosotros sabemos, con la presencia de eclipses solares. Guillermo González, polémico investigador doctorado en la Universidad de Washington en Seattle, opina que no puede ser una coincidencia. El hecho de que la Luna se encuentre precisamente a esta distancia evita que la Tierra oscile demasiado sobre su propio eje, como ocurre con otros planetas que no poseen un satélite grande y cercano.
Si nada sujetara el tambaleo de nuestro planeta, sufriríamos bruscos cambios en el clima similares a los que ocurren en Marte, los cuales hubieran entorpecido -si no anulado- la posibilidad de que se desarrollaran seres inteligentes. Por ello, según González, no sólo no es coincidencia que la inteligencia se haya desarrollado en nuestro mundo tras la aparición de los eclipses totales, sino que la búsqueda de civilizaciones extraterrestres debería centrarse en planetas donde también se produzcan estos eventos.
Sólo en ellos podremos encontrar la estabilidad climática propicia para la aparición de especies similares a la nuestra. La tesis es arriesgada, sobre todo si se lleva hasta sus últimas consecuencias, pero ilustra a la perfección hasta qué punto la Tierra forma una unidad indisoluble con los astros que la rodean, muy especialmente la Luna y el Sol.

EL DOLMEN DE MENGA.-UNA ESTRUCTURA EXCEPCIONAL

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                           El dolmen de Menga. Una estructuraexcepcional.
Antecedentes.
Tal cómo se presenta en el estudio Hidrología del Subsuelo y Arqueología, tanto las estructuras para un uso funerario, como las destinadas a la relación con la divinidad, se construyen coincidiendo con el trazado de la proyección en la superficie del terreno, de las corrientes de agua subterránea existentes en el mismo.
Para ello, se elige el lugar en el que esta proyección, permite la edificación de unas estructuras del tamaño y forma adecuadas al uso para el que se destinan, además de cumplir con unas características que podrían definirse como rituales, determinadas por su finalidad concreta.

En el caso de un uso funerario, su característica identificativa consiste en que, ha de darse la presencia de dos corrientes subterráneas que se cruzan a diferente nivel, cuya proyección forma un ángulo cercano a los 90º. Las corrientes han de estar lo suficientemente próximas a la superficie, para que su detección permita diferenciar cada uno de sus márgenes y por lo tanto,  medir su anchura.
Se las denomina corriente somera.
El conjunto central se sitúa en la vertical del punto de cruce y, en los casos en que la estructura se desarrolla longitudinalmente, lo hace siguiendo exactamente las irregularidades propias de la corriente más próxima a la superficie del terreno, y siempre aguas abajo del punto de cruce.
En los dólmenes de Antequera se cumplen estas condiciones e incluso en el de El Romeral, que presenta un doble cruce, se construyen dos cámaras funerarias, con dimensiones adaptadas a las diferentes anchuras de las corrientes.

El dolmen de Menga no cumple con estas especificaciones y por ello, no se trata de una estructura destinada a un uso funerario.


Las estructuras destinadas a la relación con la divinidad, tienen como característica la presencia de dos corrientes situadas a tal profundidad, que en la superficie del terreno se detectan como una línea, sin que pueda medirse su anchura y que se cruzan formando un ángulo próximo a los 90º.
A estas corrientes se las denomina línea de corriente profunda.

El desarrollo de la estructura ha de ser tal, que los asistentes a las ceremonias, mirando hacia el punto de...
cruce, que constituye el lugar sagrado, reciban la corriente central de frente.



El resto de la construcción, se adapta exactamente a las líneas de corriente profunda  existentes en el terreno, de un modo que podría definirse también como ritual
Por esta razón a veces presentan irregularidades constructivas, inexplicables desde un punto de vista arquitectónico.
  
En ocasiones, la línea de corriente profunda que define el eje longitudinal de la construcción, es sustituida por una única corriente lo bastante próxima a la superficie para que su anchura sea medible, y que cumple con todos los demás requisitos establecidos anteriormente.
  
La explicación sobre la manera en que todas estas características de la hidrología del subsuelo, eran detectadas por sus constructores, careciendo de la tecnología y los conocimientos científicos actuales, se presenta en el estudio La técnica del Zahorí, cuyas sorprendentes conclusiones resultan ser de una extraordinaria eficacia técnica.
El dolmen de Menga. 

Desde el primer momento llama la atención por sus características constructivas, muy alejadas de las habituales en los dólmenes destinados a un uso funerario.
Lo que sería la cámara y el corredor se diferencian difícilmente y su interior, más bien presenta  las características propias de una estructura destinada a un uso habitacional, que las de un recinto funerario.

La intencionadamente irregular disposición de los pilares, parece obedecer a razones no relacionadas con una lógica puramente arquitectónica, así como la irregular alineación de los ortostatos que delimitan todo el recinto.



Termina de añadirse como anomalía extraordinaria, la presencia en su zona más interior, de un pozo de 19,5 m de profundidad.
Resulta excepcional, teniendo en cuenta su elaboración, con las herramientas y conocimientos técnicos de la época.

No hay dudas en cuanto a por quién y cuándo fue construido, ya que en su excavación arqueológica, se han encontrado los restos de las mazas de piedra dura con las que fue trabajado.

Es posible que la hidrología de su subsuelo, arroje alguna luz sobre todas estas cuestiones.

Hidrología del subsuelo.

 El análisis de la hidrología de su subsuelo, muestra la existencia de una única corriente próxima a la superficie, que discurre a rumbo 045º.
Está situada a una profundidad media estimada entre 58 y 60 m bajo el nivel del suelo del dolmen.

Es la única corriente somera existente, lo que excluye la posibilidad de que la  finalidad de su construcción fuese un uso funerario.

En niveles de gran profundidad, se detecta una familia de líneas transversales, probablemente todas ellas originadas por el mismo plegamiento geológico.
Cuestión esta que se aclarará en una próxima determinación, cuando el nivel freático esté más bajo y con ello puedan determinarse sus respectivos sentidos de circulación.

En el momento de llevarse a cabo las actuales mediciones, y debido a su alto nivel, se generaba una gran cantidad de señales parásitas y ruido de fondo, que hacían resultase muy dudosa la correcta apreciación, del sentido de circulación de estas líneas de corriente profunda.


La línea de corriente longitudinal proporciona una señal más potente, y la determinación de su sentido de circulación no ha presentado problemas.

Probablemente se encuentre en un nivel menos profundo que las líneas transversales o bien sea más caudalosa y turbulenta.
Técnicamente no es posible diferenciar entre ambas posibilidades.

La superposición de estas corrientes sobre el plano del dolmen, utilizando el eje de referencia y el punto de origen común, aporta información clave para comprender las motivaciones de su situación, y las irregularidades arquitectónicas que presenta en toda su estructura.

 La forma y dimensiones del mismo, siguen exactamente las dos márgenes de esta corriente, por lo que presenta las irregularidades propias de un curso de agua natural.

La posición del ortostato que cierra el fondo SW, se hace coincidir con una línea transversal de corriente profunda, que se cruza con la corriente somera central, formando un ángulo de 075º. Suficientemente próximo a la perpendicularidad.

Los asistentes a las ceremonias, situados en el interior de la estructura y mirando hacia el plano del cruce, reciben de frente la corriente somera, que define el eje central de todo el conjunto.

Por todo ello, se trata de una estructura destinada a la relación con la divinidad; de un templo.

A lo largo del dolmen, también discurre una línea de corriente profunda, con un recorrido ligeramente zigzagueante. Hace  su entrada algo descentrada por el lado NW, a rumbo 065º, para salir poco antes del inicio del corredor, a rumbo 072º.

El resto de la familia de líneas de corriente profunda que circulan entre NW y SE, en sus puntos de cruce con la línea longitudinal, definen las posiciones de las columnas, así como las dimensiones y formas de las losas de cubierta, en su sentido longitudinal.

Esto explica las irregularidades constructivas que presenta todo el conjunto.


La singularidad de Menga.

Además de la rareza de tratarse de un templo, cuando lo habitual en estas estructuras es que se destinen a un uso funerario, presenta una singularidad que le hace único entre los hasta ahora conocidos.

En su parte más sagrada, el fondo SW, sus constructores excavaron un pozo que alcanza los 19,5 m de profundidad.
No hay duda de que fueron ellos, porque se han encontrado los instrumentos de piedra dura con los que lo trabajaron.


Evidentemente, se trata de un intento de acceder al rio, cuya proyección en superficie, condiciona el conjunto de forma y dimensiones de toda la estructura.
La pregunta a formularse es, para que intentaban alcanzar este río.

Si se hubiera tratado de extraer agua, no tiene sentido situarlo dentro del templo.
Se trata de otra cosa.

Con los conocimientos geológicos actuales, se sabe que a lo largo de los ríos subterráneos, además de agua, ocasionalmente circulan gases procedentes del subsuelo, algunos de ellos tóxicos, otros inofensivos, y que en ocasiones llegan a alcanzar una gran presión.
La inhalación de estos gases para lograr la supuesta comunicación con los dioses, es sobradamente conocida.
El oráculo de Delfos es un buen ejemplo de ello.

En todos los casos de los que se tiene noticia, se utilizaban surgencias naturales, bien directamente de gas, o bien de aguas por las que ocasionalmente borboteaban los gases, que con su inhalación provocaban el trance en las personas correspondientes.
Sobre estas surgencias es donde se edificaban los templos destinados a este fin.

El caso de Menga, es único en el mundo, porque se intenta de un modo artificial y utilizando los medios técnicos existentes en el 4.500 a.C., forzar la presencia de estos gases dentro de la cámara sagrada, por medio del acceso directo al río subterráneo.

En este caso concreto la cuestión a plantearse, es el por qué se detuvieron a los 19,5 m sin haber alcanzado el citado río.

La respuesta resulta evidente. Detectaron la presencia del río y comenzaron la excavación del pozo. Continuaron hasta que alcanzaron el nivel freático en ese lugar y el pozo se inundó, viéndose obligados a suspender la excavación.


Hoy en día, en ocasiones de periodo lluvioso, el pozo también se inunda.
El 17 de marzo del 2013, fecha en la que se realizaron estas mediciones, el agua alcanzaba los 4,7 m sobre el fondo del mismo.

En los periodos secos, aprovecharon para profundizar todo lo posible, pero finalmente llegó un momento en el que ya no pudieron avanzar más.

Ha de tenerse en cuenta que en esa época, el trabajo exigía la presencia física de los trabajadores en el fondo del pozo.

Las cosas parecen indicar, que conocían la forma de detectar la presencia de las corrientes subterráneas, pero desconocían el método para determinar su profundidad.
Es por ello por lo que comenzaron esta operación, que desde su inicio resultaba imposible para su técnica

Quedan con esto resueltas las cuestiones planteadas inicialmente.

Teniendo en cuenta la excepcional circunstancia de tratarse del único caso conocido, se abre la posibilidad de ejercer una serie de acciones que potencien y complementen estos resultados.

 

Málaga - Dólmen de Menga - Antequera

DÓLMENES DE ANTEQUERA. GUÍA OFICIAL

DÓLMENES DE ANTEQUERA -MÁLAGA -FOTOS ANTIGUAS

Málaga - Tumulo Dolmen de Viera - Antequera

 

 

Edad del Bronce en Extremadura: Video

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Noticia sobre las investigaciones arqueológicas sobre la Prehistoria reciente en la Raya, la zona fronteriza entre España/Extremadura y Portugal.

Descubierta en pleno casco histórico de Carmona (Sevilla) la cámara principal de un dólmen de la Edad del Cobre

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Fuente: Europa Press | 8 de mayo de 2013
Las obras de renovación urbana promovidas por el Ayuntamiento de Carmona (Sevilla), gobernado por Juan Manuel Ávila, en la calle Sacramento, han supuesto el descubrimiento de restos arquitectónicos que los arqueólogos, en primera instancia, atribuyen a la cámara principal de un dolmen cuya antigüedad se remontaría a la Edad del Cobre. Aún ha trascendido poca información, pero el Ayuntamiento de Carmona señala que este monumento funerario podría tener unos 4.500 años a sus espaldas.
En un comunicado, el Ayuntamiento informa que los restos arqueológicos han sido descubiertos este mismo miércoles en la confluencia de las calles Sacramento, Domínguez de la Haza y Aposentos, en pleno casco histórico de esta ciudad monumental.
En concreto, ha sido descubierto un habitáculo que los arqueólogos identifican como la cámara principal de un 'tholos'. Los 'tholos', cabe recordarlo, son monumentos funerarios prehistóricos formados por una cámara mortuoria y un corredor o galería que comunica dicho espacio con...
el exterior.
El Ayuntamiento explica que ya a finales del siglo XIX la apertura de una zanja en este entorno de Carmona supuso el hallazgo de vestigios que los arqueólogos George Bonsor y Vega Peláez atribuyeron a un monumento calcolítico tipo 'tholos', con lo que podría tratarse del dolmen atisbado ya entonces.
La cámara descubierta, de cualquier modo, tendría cuatro metros de altura y diámetro y, según las referencias documentales, contaría con una galería de 17 metros de longitud y 80 centímetros de anchura.

MONUMENTOS PREHISTORICOS DE TIYA EN ETIOPÍA: ¡Coincidencia en un grabado con petroglifo de Galicia!

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Menhires tallados de Tiya (ETIOPÍA)
 Sus coordenadas geográficas son  8°26′5.7″N 38°36′43.6″E
Mapa de la actual Etiopía
El sitio arqueológico de las estelas grabadas de Tiya, un complejo funerario protohistórico, es uno de los grupos de estelas más importantes de los más de ciento sesenta descubiertos en el distrito de Sodo, en el estado federado de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur de Etiopía. 
 Monolito con inscripciones grabadas, entre ellas dos espadas
Detalle de las dos espadas y coincidencia con dos espadas en petroglifo de Galicia
Espadas en Castriño de Conxo (La Coruña)
El Castriño de Conxo es un yacimiento arqueológico compuesto por un castro prerromano (no estudiado) y en él una roca cuya superficie contiene una serie de grabados conocidos como petroglifos.
¿Como es posible tanta coincidencia a tantos miles de kilometros, que separan Galicia de Etiopía?

Otras inscripciones
Se encuentra cerca de la ciudad de Tiya, y contiene treinta y seis monumentos, de los que treinta y dos son estelas grabadas con símbolos que no han sido descifrados. las estelas, de uno a cinco metros de altura y diferentes formas, están alineadas en dirección norte-noroeste a lo...
largo de cuarenta y cinco metros. Las tres últimas se encuentran en el mismo alineamiento, pero separadas sesenta metros de las demás; el grabado de una de ellas es una figura antropomorfa. Alrededor de las estelas se han hallado varias tumbas.

Amazonas etíopes: una historia en imágenes

Cerca de Addis Abeba, en la región del Soddo, se extiende un campo que no se parece a ningún otro, con estelas que no se encuentran en ninguna otra parte. Allí se ha descubierto un cementerio con cuerpos enterrados en posición de plegaria. Nos hallamos en el enigmático sitio...
arqueológico de Tiya, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1980.
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© UNESCO/Jasmina Šopova
"En este cementerio, donde se erigen unas cuarenta estelas, se han descubierto los restos de personas de 18 a 30 años de edad", explica Senai Eshete, el guardián cincuentón de este sitio del Patrimonio Mundial. "Es muy probable que hayan sido guerreros, pues la espada es el símbolo dominante de las estelas."

La estela más grande, situada en la entrada del sitio, medía cinco metros de altura, pero se partió en dos. La parte superior se encuentra actualmente en el patio de la facultad de ciencias sociales, en Addis Abeba. "La estela presenta trece espadas grabadas, lo que significa que este guerrero le quitó la vida a trece enemigos."
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© UNESCO/Jasmina Šopova
Otro símbolo dominante es el taburete africano. "En realidad, lo más probable es que sea un reposacabezas o, si prefiere, una almohada de madera de las que usan los africanos. Simboliza el descanso", afirma Eshete. Señalando el símbolo ∑, me explica que puede representar las costillas, o bien indicar que se trata de una mujer.
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© UNESCO/Jasmina Šopova
Si se trata efectivamente de guerreros,es evidente entonces que en sus tropas había también mujeres. La presencia de dos “amazonas etíopes” lo confirma. En esas estelas vemos representados todos los atributos femeninos.

Ningún experto ha podido datar estas estelas con exactitud, pero el análisis de los restos humanos sugiere que podrían pertenecer al periodo comprendido entre los siglos X y XV. Los huesos y las joyas encontradas en las tumbas se han depositado en el Museo Nacional de Etiopía.
Jasmina Šopova

La Tumba del Elefante fue originalmente un Templo de Mitra. Carmona (Sevilla)

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En la necrópolis romana de Carmona en Sevilla, España, hay una estructura conocida como la Tumba del Elefante. Un nuevo estudio realizado por la Universidad Pablo de Olavide revela que la estructura no siempre se utilizó para usos funerarios.


Dicho estudio sugiere que la estructura original, y una ventana a través de la cual el Sol brilla directamente durante los equinoccios, indican que la Tumba del Elefante fue un templo de mitraísmo, una religión oficial durante el Imperio Romano. Los hallazgos del estudio, publicados en la revista Archivo español de arqueología, se apoyan en la posición de Tauro y Escorpio durante los equinoccios.

Construida entre el siglo primero antes de nuestra era y el siglo segundo de nuestra era, la necrópolis de Carmona es un conjunto de estructuras funerarias que incluye la Tumba del Elefante. La tumba tomó su nombre debido a una estatua con forma de elefante hallada en el interior de la estructura.
Los arqueólogos han debatido sobre el origen y la función de la construcción. El actual equipo de investigadores ha llevado a cabo un análisis detallado de la estructura, concluyendo en la sugerencia de que originalmente podría no... haber sido utilizada para enterramientos, sino para adorar al dios Mitra. En los primeros siglos de nuestra era, el culto a Mitra era una religión oficial extendida por todo el Imperio Romano.

El equipo ha identificado cuatro etapas de renovación de la Tumba del Elefante, con diferentes usos en diferentes momentos históricos.
"En algunas etapas, se usó con fines funerarios, pero su forma y un análisis arqueo-astronómico, sugiere que fue diseñado y construido originalmente para contener un Mitreo, o templo de Mitra", explicó Inmaculada Carrasco.

Durante la primera etapa de sus estudios, Carrasco y Alejandro Jiménez, se centraron en una ventana en la cámara principal levantada durante la primera etapa de la construcción. En estudios previos ya se habia indicado que el propósito de la ventana no fue proporcionar luz, sino que parecía tener un propósito simbólico y espiritual.

"A partir de nuestro análisis de la ventana, hemos deducido que la colocación es de tal manera que los rayos del sol llegaban al centro de la cámara durante los equinoccios, en la primavera y el otoño, tres horas después de la salida del sol", continuaba explicando Carrasco. [Ver vídeo].

Sugieren el momento en que el sol alcanza el centro de la cámara, sino que ilumina la estatua de la tauroctonía ya perdida. La tauroctonia es una estatua de Mitra matando a un toro sagrado. Durante los solsticios de invierno y verano, los rayos del sol pasna por la ventana iluminando los muros norte y sur, respectivamente.

Los seguidores de Mitra daban gran importancia a las constelaciones, y la posición de los cuerpos celestes en el siglo segundo refuerzan la teoría de que el edificio fue construido para el culto de Mitra. Durante la salida del so, en el equinoccio de primavera, Taurus se eleva al este y Scorpio se escondeal oeste. Durante el equinoccio de otoño, ocurre lo contrario.

Los mitraicos tenían una afinidad especial para con Taurus y Escorpio. Esto queda patente en la imagen principal de tauroctonia, donde el dios Mitra esta matando un toro, mientras un alacrán está picando los testículos del animal. Otras constelaciones, como Acuario, Orión y Leo, también tuvieron significancia en esta religión, y aparecen en el camino del sol durante los equinoccios y solsticios en el siglo segundo.

Según los investigadores, aunque la Luna tenía un papel secundario para los mitraicos, ésta pudo haber iluminado la cara de Mitra durante la luna llena en las noches cercanas a los equinoccios.

La arquitectura del edificio original, aparte de la ventana, tiene similitudes con otras construcciones mitraicas.

Carrasco explicaba que se trata de "una estructura subterránea, con una sala dividida en tres cámaras, un santuario o altar iluminado por la ventana. La presencia de una fuente también es muy significativa, ya que éstas se encuentran comúnmente en sus Mitreos [templos]".

Después se utilizó la estructura del templo mitraico, que fue renovado tres veces, dando a la construcción nuevas funciones más acordes con una necrópolis. Durante las renovaciones, fue construida una cámara funeraria, se eliminó el techo, dejando los patios abiertos. Por último, estando la zona llena de escombros se utilizó como sitio de enterramiento.

Algunos investigadores objetan a la teoría de que la Tumba del Elefante fuese un templo de Mitra, ya que está en una necrópolis, que es un sitio raro para esos templos. Ellos se encontraban con mayor frecuencia en entornos domésticos, urbanos o rurales.

"Un caso similar es el de Sutri (Italia), donde el Mitreo está en las afueras de la ciudad. La estructura de Carmona se encuentra en un espacio de usos múltiples, junto a la Vía Augusta que unía Cádiz con Roma, cerca del anfiteatro y el circo, y por lo tanto su posición no debe considerarse una objeción", señala Jiménez.



- Imagen: Interior de la Tumba del Elefante. Crédito Universidad Pablo de Olavide.
- Vídeo sobre la Tumba del Elefante. Crédito Agencia SINC/FECYT.
- Imagen: "Tauroctonía". El dios Mitra matando un toro. Museo Pio Clementino. Wikipedia.
- sitio: Carmona, Guía Digital del Patrimonio Cultural.

Descubren miles de pinturas rupestres en México

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En unas cuevas en el noreste de México un grupo de arqueólogos localizó casi 5.000 pinturas hechas hace miles años.

En miles de escenarios descubiertos en las rocas y cuevas de la Sierra de San Carlos en el municipio de Burgos, en el nororiental estado mexicano de Tamaulipas, aparecen personas y animales, así como escenas abstractas y astronómicas.


Los dibujos hechos en color amarillo, negro, rojo y blanco “tienen un grado de conservación impresionante”, según la arqueóloga Martha García Sánchez, que anunció el hallazgo durante el Segundo Coloquio de Arqueología Histórica que se realiza en el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec, en... Ciudad de México.


Antes se consideraba que el área donde se hizo el descubrimiento estaba deshabitada en la antigüedad. Pero tras el descubrimiento de estas pinturas rupestres los científicos sugieren que más de un grupo, probablemente de cazadores y recolectores, vivió en estas áreas. La importancia del hallazgo “radica en que con base en ellas hemos podido documentar la presencia de grupos prehispánicos en Burgos, donde antes se decía que no había nada”, subrayó García.


Otro arqueólogo, Gustavo Ramírez, señaló que hasta el momento no se ha podido establecer la fecha de las pinturas por falta de contexto, pero dijo que existe la posibilidad de tomar muestras de los pigmentos usados, “lo que permitiría hacer dataciones aproximadas por medio de análisis químicos o de radiocarbono”.

Arqueología del cielo. Orientaciones astronómicas en edificios protohistóricos del sur de la Península Ibérica

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Astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias y arqueólogos de la Universidad de Sevilla han constatado que cuatro santuarios protohistóricos del sur de la Península presentan una misma orientación -hacia un acimut de 55 grados- lo que parece coincidir con la puesta de Venus y supone un posible indicio del culto a la diosa fenicia Astarté.

Fuente: Ana Santana, EFE | La Información.com, 20 de mayo de 2013

El estudio "Arqueología del cielo. Orientaciones astronómicas en edificios protohistóricos del sur de la Península Ibérica" ha sido realizado por el astrónomo César Esteban y el catedrático de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla José Luis Escacena, que han analizado seis santuarios.

En concreto, los de Coria del Río, El Carambolo, Satillo, Mesa de Setefilla, Tejada la Vieja y El Oral y es la primera investigación de este tipo que se realiza sobre edificios de la edad del Hierro Antiguo en este área geográfica.

El estudio se basa en la medida precisa de las orientaciones definidas por los edificios y el análisis del horizonte que les rodea, y que revela claros vínculos astronómicos, pues tampoco puede descartarse su posible relación con la salida y puesta del sol en los solsticios, lo que sugeriría además el culto al dios fenicio Baal, pareja masculina de Astarté.

César Esteban explica en una entrevista a Efe que los santuarios estudiados proceden de la época tartésica, que se extiende aproximadamente desde el mil hasta el 500 a.C., cuando se extendió en la mitad sur de la Península una cultura basada en los contactos entre la...
población autóctona de la zona y colonizadores fenicios.

Los fenicios fundaron Cádiz, la ciudad más antigua de Europa occidental, y otras colonias en el litoral atlántico y mediterráneo peninsular, aunque José Luis Escacena y otros arqueólogos piensan que también llegaron a establecerse en el interior y que incluso Sevilla y otros enclaves tartésicos pudieron realmente tener un origen fenicio.

Algunos yacimientos son muy conocidos, como el del Carambolo, situado en un cerro cerca del Guadalquivir, además del de Coria del Río y el Saltillo en Carmona, edificados entre el siglo IX y el VI a.C.

Para sorpresa de los investigadores, al estudiar los santuarios se encontraron con que estos tres compartían exactamente la misma orientación: hacia un acimut de 55 grados, y teniendo también en común dos de ellos altares con forma de piel de toro.

Para Escacena, este altar podría estar relacionado con el culto al dios fenicio Baal, al que a veces se representa como un toro.Posteriormente César Esteban midió la orientación de otro santuario al sur de Alicante, El Oral, que es de época ibérica -siglo V a.C.- y que además de contar con un altar similar, también presenta la misma orientación de 55 grados.

Estas coincidencias despertaron el interés de los investigadores por averiguar si había algún fenómeno astronómico relacionado con esta orientación, pues el que estos cuatro santuarios coincidan en esta cuestión sugiere que este hecho pudo ser un elemento esencial en el diseño y construcción de los templos.

Posteriormente los investigadores se percataron de que el acimut de 55 grados podría coincidir, hacia el oeste, con la puesta de Venus en su posición más al sur, en coincidencia con los puntos extremos que alcanza este planeta en su ciclo de ocho años.

El astrónomo recuerda que los dioses principales del panteón fenicio son Baal y Astarté, y que mientras el primero es un dios masculino eminentemente solar, esta última es una deidad femenina identificada con Venus.


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